El próximo 20 de diciembre no solo habrá novena navideña, sino que la Alcaldía entrará en funcionamiento, los buses comenzarán a llegar y empezará el retorno de los primeros 150 gramaloteros, quienes hace seis años lo perdieron todo en un deslizamiento que destruyó este municipio de Norte de Santander.
Así lo anunció el gerente del Fondo de Adaptación, Iván Mustafá, quien rompió la rutina de la obra donde se construye el nuevo casco urbano de Gramalote, a unas dos horas de Cúcuta, y supervisó las casas, la plaza de mercado, la Alcaldía y el parque principal; obras que deberán estar listas en diciembre. Hoy la carretera está en un 50 % y además ya hay agua potable. La visita del gerente del Fondo estuvo acompañada de más de una docena de pobladores del antiguo municipio, quienes subieron también a ver las obras y a conocer el nuevo pueblo.
“El reto que tenemos ahora es la reactivación económica de la población. Ya los gramaloteros y el país ha ido entendiendo que no se trata de construir un barrio, son 16, más todo lo que comprende el municipio. Luego aquí lo que estamos haciendo, en tiempo récord, es una muy buena obra. Ya tenemos la plaza principal lista, el acueducto y 150 casas. Iniciamos la construcción de un pueblo desde cero, con todas las de la ley, con urbanismo modelo, vías y puentes”, dijo Mustafá, quien se comprometió a que en diciembre estarán listas otras 250 casas.
Agregó, además, que entre los desafíos que tienen es que los gramaloteros vivan en mejores condiciones.
“Vamos a empezar con los retornos desde diciembre. En ese sentido, esperamos que poco a poco el municipio se pueda comenzar a habitar, eso no será un proceso de un día, no, requiere que tomemos ciertas medidas de seguridad, ya que esta es una zona de obra, hay muchos camiones y volquetas y eso es lo que estamos analizando. Ya hay un barrio que podemos entregar. Al finalizar el año las 400 casas estarán listas y las familias tendrán las escrituras”.
Por último, el funcionario recordó que si bien el Gobierno Nacional hubiera querido entregar este proyecto con anterioridad, la demora se debió, en buena parte, al tiempo que se tomó la comunidad en escoger el lote donde estaría el municipio. Vale la pena recordar que durante meses los gramaloteros se dividieron entre los que querían las obras en la vereda Miraflores y otros en Pomarroso. “Fueron más de tres años escogiendo el lote y solo ocho meses en construcción”, destacó Mustafá.
El alcalde del municipio, Tarcisio Celis, dijo ayer que el primer retorno de los desplazados por la destrucción del pueblo (quienes viajaron a conocer las obras) quedó claro que el municipio tiene mucha vida por delante. “Lo que queremos es que se terminen todas las obras de infraestructura que están acordadas y aquellas que quedaron por fuera de la financiación se realicen, como el estadio y el polideportivo”.
Entre sus anhelos también está “que las obras de la iglesia se hagan y esperamos que la estructura sea igual a la que se tenía antes”.