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Impulsada por el renacer de su partido, Verde Oxígeno, Ingrid Betancourt emprende una carrera contra reloj para la consulta presidencial de la Coalición Centro Esperanza. La candidata, quien fue secuestrada por las Farc cuando hacía campaña para llegar a la Casa de Nariño, en 2002, y luego fue rescatada por el Ejército en 2008, regresa a Colombia tras “cicatrizar” desde Francia, el trauma que dejó su cautiverio de seis años.
Betancourt dice que Colombia necesita cambiar de rumbo pasar la página de la polarización y construir un proyecto con visión de mujer, en el que ella se perfila como una de las escasas voces femeninas que podría llevarlo a cabo. Esta es su conversación con EL COLOMBIANO.
¿Qué la hizo definirse para ir por la Presidencia?
“Me decidí por amor, por querer estar presente en un momento en el que siento que se define la posibilidad de que Colombia cambie de rumbo”.
Usted agremia diferentes sectores, ¿eso puede ayudar a que sea la elegida de la Coalición de la Esperanza?
“Ser mujer es una responsabilidad de darle a los colombianos la posibilidad de que llegue a la Presidencia un proyecto con visión de mujer, con otros criterios de reflexión, con la posibilidad de salir de los esquemas machistas que han venido imperando y que están ligados a las opciones de los extremos ideológicos que han reinado en el país. Llevamos décadas con malas opciones para escoger, la extrema derecha, la extrema izquierda, y por primera vez tenemos la opción de jugárnosla con una posibilidad buena”.
Dijo que no iba a aspirar. ¿Por qué hace el anuncio faltando 52 días para la consulta?
“Muchos miembros de la coalición me pedían tomar la decisión. No quería anunciar ninguna posibilidad y crear expectativas si al final podía defraudar. Esto dependía, no solamente de criterios propios, sino de solucionar problemas personales, de allanar el camino para este cambio de vida. Por eso me tomé un tiempo”.
¿La falta de mujeres en el tarjetón de la coalición de alguna forma la motivó a participar?
“Definitivamente, sí”.
Es la única mujer en un tarjetón de 7 hombres, son muchas personas. ¿Qué opina de la cantidad de gente que está aspirando?
“Más personas es más democracia. El esquema de la consulta se creó para que muchos candidatos que quieren hacer oír voces y matices tengan la opción de presentarse y que sean los colombianos los que definan cuál queda para la primera vuelta. La consulta es el momento para hacer esa depuración de nombres. Al final, vamos a tener tres para la primera vuelta, no más”.
Dicen que su candidatura incomodó porque tiene un caudal importante....
“Cuando la coalición me invita a ser candidata lo hace con generosidad. Se presentan discusiones de otros tipos que no tienen que ver con mi llegada, sino con situaciones que coinciden con el momento de mi arribo”.
Se quedaron esperando que Francia Márquez y Ángela María Robledo se enfilaran con ustedes. ¿Por qué no llegaron el centro?
“Se habían comprometido con una de las opciones prácticamente antes de que nosotras hubiéramos consolidado la Coalición de Centro Esperanza. De alguna manera, sí hay una dificultad para la mujer al entrar en un círculo de hombres, pero en el caso de esta Coalición, he sentido una verdadera generosidad, disposición y unas ganas de abrirnos el espacio. Lo siento genuino”.
Lleva varios años viviendo en Francia, ¿está desconectada de la realidad del país?
“Nunca me he desconectado de Colombia. El país en los años de mi ausencia vivió una gran polarización y el hecho de no haber participado en esos espacios me ha permitido ver las cosas de otra manera, entender que estas diferencias no hay necesidad de personalizarlas, y que lo que tenemos que combatir es un sistema de corrupción, que es mucho más que una persona o un grupo de personas”.
Un ejemplo de esa polarización es la violencia en las protestas. ¿Cómo ve el actuar del Esmad? ¿Como presidenta respaldaría su uso?
“Uno no puede decir que el Esmad es malo, bueno o necesario per se. Nos encontramos frente a una situación que se salió de madre, no la supimos prever y fue atizada por políticos irresponsables, pero también por decisiones de gobierno desafortunadas. En mi gobierno vamos a tener mucho respeto del ciudadano, tendremos en cuenta que las cosas se pueden prevenir y que es mucho mejor eso que curar.
Esto implica una reestructuración de nuestra relación con la Policía y la autoridad porque todo esto generó una gran desconfianza de los ciudadanos con las fuerzas que tienen que protegernos” .