La nueva crisis en Bogotá por la recolección de las basuras, que empezó hace seis días, tiene hoy a la capital de la República en emergencia sanitaria y parcialmente cubierta de desechos. Aún hay en las calles más de 3.700 toneladas de basuras sin recoger, según cifras de la Secretaría de Hábitat del Distrito.
Lo más grave es que, de no mediar una solución, aún quedan otros seis días con servicio de recolección a medias.
Todo empezó el pasado 31 de enero, cuando la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos, Uaesp, adjudicó la licitación del aseo de Bogotá a cinco empresas privadas de 18 que se presentaron. Estas dejaron afuera al modelo público que venía funcionando desde las épocas de la alcaldía de Gustavo Petro que, curiosamente, también tuvo su crisis de recolección.
La noche de ese día, los trabajadores de la empresa Aguas de Bogotá, filial del Acueducto de Bogotá, que tenía encargado el 52 % de la recolección en la capital, se tomaron la base de operaciones y anunciaron un paro indefinido.
Como el nuevo esquema de aseo estaba previsto para entrar en labores hasta el 12 de febrero, el anuncio implicaba esta misma cantidad de días con el servicio prestado a medias.
El paro se sustentaba en que, supuestamente, el proceso licitatorio había dejado afuera de la mesa a Aguas de Bogotá, dejando a 3.700 trabajadores sin trabajo a partir del 12 de febrero.
Al día siguiente de la toma, junto a los enfrentamientos de los trabajadores con el Escuadrón Antimotines, Esmad, que dejó a varios lesionados, la Alcaldía de Enrique Peñalosa decretó la Emergencia Sanitaria y Ambiental y activó un plan de contingencia para garantizar el servicio de recolección de residuos, que resultó insuficiente.
Asimismo, se denunciaron daños en 67 vehículos compactadores durante la toma de la noche anterior.
Los últimos días han sido de posiciones encontradas entre el distrito y los trabajadores de Aguas de Bogotá, con la consecuencia previsible de una ciudad inundada de basuras.
Ante la crisis, el pasado 4 de febrero la Procuraduría General de la Nación le dio a la Alcaldía Mayor de Bogotá dos días para presentar un informe de las acciones adoptadas para evitar que la ciudad se vea inmersa en una problemática social, ambiental y económica. A la fecha no se conoce si el documento se presentó.
Sin embargo, en las mesas de concertación instalada en ambas partes se encontró que dentro de las posibilidades de vinculación laboral en los nuevos operadores, existían 2.900 plazas de trabajo para personas con perfiles que se ajustan a la población que quedará sin empleo.
Origen
El contrato de prestación del servicio de aseo fue diseñado para durar ocho años, por una inversión de 4,8 billones de pesos. Las empresas que resultaron elegidas del proceso de convocatorios fueron Promesa de Sociedad Futura Promoambiental Limpieza Metropolitana, Ciudad Limpia, Futura Bogotá Limpia y Promesa de Sociedad Futura Área Limpia, todas ellas privadas.
A partir del 12 de febrero, que entrarán en operación, contarán con seis meses para implementar los nuevos vehículos y ocho meses para los contenedores.
Antecedente
El último recuerdo de una crisis similar data de diciembre de 2012, cuando la alcaldía de Gustavo Petro decidió cambiar todo el sistema de recolección de basura, quitándole el servicio a operadores privados y entregándolo al Acueducto de Bogotá, en un plan de política pública con el programa Basura Cero, que incluía a los recicladores.
La movida implicó tres días en que el servicio no se prestó y que la capital se inundó en basura.
A raíz de la crisis, el entonces procurador Alejandro Ordóñez Maldonado destituyó e inhabilitó a Petro de su cargo, argumentando que no se tomaron las precauciones necesarias para hacer una transición sin problemas.
Además, se acusó falta de experiencia y capacidad en el sistema público del Acueducto para cumplir con el cometido del programa.
