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Las marcas en su rostro por los elementos de protección, el agotamiento en su mirada y las ganas de salir a trabajar cada mañana son reflejo de su labor: están en la primera línea de atención de la pandemia provocada por el coronavirus.
En Colombia, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Salud (INS), con corte al 2 de diciembre, 102 profesionales de la salud murieron por cuenta del virus, mientras que 20.845 lo han padecido.
Entretanto, médicos y enfermeros siguen aferrados a su misión y al Juramento hipocrático, que los guía y que prometieron no vulnerar. “La salud y la vida del enfermo serán las primeras de mis preocupaciones”, se lee en ese juramento que los acompaña en su mente y su corazón.
No desistirán, y así ha quedado en evidencia en las páginas escritas en EL COLOMBIANO durante la pandemia, en las que ellos han relatado su día a día, el dolor por la muerte o la nostalgia por comunicar que el paciente se fue. Aunque están más expuestos que cualquier persona, pues son los encargados de atender a los pacientes con coronavirus, no desisten en su labor, como lo comentó María Paula Carreño, enfermera jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) en el San Vicente Fundación de Rionegro. Dice que en momentos críticos se hace lo posible para que la persona sobreviva, pero cuando no se cumple el objetivo, es frustrante “no pueder salvarlos luego de hacer lo humanamente posible”.
Bien lo ha dicho en varios momentos el ministro de Salud, Fernando Ruiz Gómez, al asegurar que ningún país tenía capacidad de enfrentar una pandemia, pero ellos, en medio de la incertidumbre, han puesto todo de su parte para que al paciente no le falte nada y tenga, como mínimo, una atención digna.
En el país, por fortuna, no se vieron las imágenes de un sistema de salud colapsado, como sí ocurrió, por ejemplo, en los hospitales de Estados Unidos, España o Italia.
Hoy, que es el Día del Médico, EL COLOMBIANO les presenta un homenaje y agradece por su dedicada labor en estos nueve meses.
También honra a quienes han perdido la vida por cuenta del virus y publica 96 nombres de hombres y mujeres, que fueron identificados (de 6 aún se reserva su nombre) luego de consultar con gremios como la Federación Médica Colombiana, la Asociación Nacional de Siquiatría y el Colegio Médico de Bogotá.
Carolina Corcho, vicepresidenta de la Federación Médica Colombiana, dice que es momento de hacer un pare en el camino, homenajearlos y, sobre todo, reconocerlos “en este año tan especial, en el que han cumplido a cabalidad, inclusive arriesgando sus vidas en condiciones de precarización, que no se alcanzaron a resolverse durante esta pandemia para poder ser la primera línea de atención”.
Corcho también sostiene que también es momento de reivindicar sus derechos y cuestiona “la precarización y vulneración que ha sufrido la comunidad médica”.
Por su parte, Marta Cecilia Ramírez, directora de la IPS Universitaria, en Medellín, asegura que el rol del médico y del personal de salud en la actualidad “nos reta a ir más allá de los diagnósticos y tratamientos, es una apuesta a no olvidar la esencia de lo humano, la vocación y la compasión, la cercanía y el respeto por el otro, devolviéndonos al origen de esos médicos de familia que escuchan, acompañan y alivian”.
En esa misma línea, la presidenta de la Asociación Colombiana de Empresas Sociales del Estado y Hospitales Públicos (Acesi), Olga Lucía Zuluaga, reseña que hoy la sociedad, repensándose en medio de la pandemia, debería aprender valores de los profesionales de la salud, como “pensar en el colectivo antes que en la individualidad”, especialmente al ver que la solidaridad de ellos queda en evidencia, “exponiendo sus vidas, salvando las de otros”, pero además superando jornadas de 24 horas continuas.
Andrés Aguirre, director del hospital Pablo Tobón Uribe, ofrece su admiración y respeto hacia los médicos y en general al personal de salud, recordando que en los primeros momentos de la pandemia, cuando fueron estigmatizados y atacados, ellos “persistieron y entendieron que su vocación y misión tenía un propósito superior y que no podían declinar”.
Aguirre también recuerda a sus familias, a quienes agradece por rodearlos y apoyarlos para que se mantuvieran en pie y siguieran adelante.
Este diario coincide con los consultados y envía un mensaje de agradecimiento a los médicos en su día que han sido valientes para enfrentar la incertidumbre de la enfermedad, superando el cansancio extremo y el dolor de la muerte de un colega, para mantenerse en pie, al lado de sus pacientes.