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Poner una vacuna es como una ceremonia, pero de esas en las que no es posible salirse del libreto. Todo está medido, planeado y organizado: desde el lugar de vacunación y los implementos hasta cómo se limpia, cada cuánto se hace mantenimiento de una nevera o cómo y dónde se deben botar las agujas.
Blanca Isabel Restrepo Velásquez, enfermera referente de vacunación de la Seccional de Salud de Antioquia y coordinadora del Programa Ampliado de Inmunización (PAI), explica que para que un puesto de vacunación funcione existen protocolos que sí o sí se deben cumplir. “Siempre se hace auditoría desde cómo se almacenan las jeringas hasta cómo se guardan las vacunas. Todos los centros de vacunación de Colombia deben usar el mismo protocolo: destape la vacuna así, aplíquela así, con tal jeringa y tal aguja, etcétera, eso está estandarizado”, aclara.
El Ministerio de Salud publicó un documento, en febrero de este año, llamado Lineamientos técnicos y operativos para la vacunación contra covid-19, todos los puestos del país autorizados para aplicar las dosis del biológico de Pfizer/BioNTech vienen estudiándolo, en especial para conocer particularidades del producto.
Las vacunas, lo primero
Hernán Darío Aguilar, director de la Unidad Hospitalaria de Santa Cruz, en Medellín, explica que a cada puesto solo llegan las vacunas que se vayan a aplicar diario y de acuerdo a una agenda previa, “y como cada frasco de vacuna da para seis dosis, es decir, para seis personas, tienen que estar las seis para poder destaparlo”. (Ver Radiografía más abajo).
Nallyve Hernández, enfermera jefe y coordinadora del equipo de vacunación covid-19 del mismo centro asistencial, detalla que cuando los frascos llegan se meten a una nevera grande que no se puede estar abriendo y cerrando constantemente. “Por ejemplo aquí, yo soy la única autorizada en manipular el biológico, la idea es llegar a primera hora, sacar las dosis programadas y llevarlas en un termo listas para su aplicación”, detalla.
Los termos son unos contenedores azules que funcionan como neveras móviles, tienen por dentro unas pilas de congelación que hacen que el producto se mantenga en la temperatura que se necesita, “y en estos las vacunas solo pueden estar por seis horas entonces todo tiene que ser muy medido”, dice la enfermera.
Hernández lleva los termos a los puestos (a unos 20 pasos en este caso) en los que cada auxiliar tiene su equipo listo: algodones, jeringas, guantes, guardianes (los recipientes rojos para botar los desechos) y canecas rojas.
La nevera grande en las que están las vacunas no se vuelven a abrir hasta el otro día y se le vigila constantemente que funcionen bien y a la temperatura correcta. “Quien termina el turno debe verificar y anotar la temperatura de las neveras antes de salir y además revisar las conexiones y que todo esté funcionando”, dice la jefe de enfermería.
Como pueden haber apagones de luz, cada puesto, ubicado en su mayoría en centros asistenciales, tiene una planta de energía, pero además cada nevera tiene un centinela, “un sistema de monitoreo que nos avisa a los jefes y directores cuando algo pasa o falla en la nevera de vacunación, a la hora que sea, el día que sea, es una señal que llega a los celulares”, confirma Aguilar.
El espacio
Así como con las vacunas, el lugar en el que se realicen estas jornada de inmunización debe cumplir con ciertas condiciones. Lo primero que aclara el documento del ministerio de Salud es que la vacunación se realizará “a través de las modalidades intramural (dentro de una institución) o extramural (por fuera de las mismas), dependiendo de las condiciones de aplicación de la vacuna”.
Sea cual sea el lugar, este debe garantizar medidas higiénico-sanitarias (aseo, disposición de materiales, utensilios en buen estado, etcétera). El director Aguilar recuerda que cada puesto de vacunación que está ubicado dentro de un hospital tiene una auditoría interna que revisa que todo el protocolo se esté cumpliendo, “además de las auditorías constantes que realiza la Secretaría de Salud de la ciudad”.
Añade la enfermera Hernández que cada punto se limpia a diario y se realiza un aseo llamado terminal cada ocho días. En el diario es que el piso y las superficies planas estén aseadas y en el segundo es una higiene más minuciosa en superficies altas y también las neveras, “estas deben limpiarse cada mes exhaustivamente”, dice.
En un puesto de vacunación nunca deben faltar las jeringas, los algodones, los guantes o cualquier utensilio implicado en el proceso y la jefe, como supervisora, debe no solo utilizar siempre las medidas y elementos de protección personal, también verificar que todo su equipo vacunador cumpla con las medidas higiénico-sanitarias (tapabocas, lavado de manos, guantes, buen uso de los materiales, etcétera).
Tenga en cuenta que el lugar debe tener visible la señalización para que la gente sepa el paso a paso al llegar.
Para el usuario
Ya que sabe cómo se disponen las vacunas y que cada centro de aplicación cuenta con estrictas condiciones para este proceso, debe saber que cuando le toque el turno, ahora que empezaron en Colombia las etapas del Plan Nacional de Vacunación contra la covid-19, va a necesitar, por lo menos, una hora.
Al llegar lo primero que harán será tomarle la temperatura e higienizar sus manos, de ahí se confirmará si efectivamente fue citado para ese día. Tras verificar que está en el listado le explicarán en qué consiste el consentimiento informado que debe firmar y en el que constará que usted se vacuna de manera voluntaria.
Cuando estén las seis personas listas pasarán (de a dos en el caso de la Unidad Hospitalaria de Santa Cruz) a ser inyectados. Un digitador anotará sus datos, que ingresarán a un sistema nacional en que queda el registro de su vacuna para poder recibir antes de irse su carnet (en el que constará además la fecha en la que debe volver para la segunda dosis, si es necesario). Pero todo no termina allí.
Deberá esperar en una zona de observación mínimo media hora. “En ese lugar una persona nunca puede estar sola, siempre habrá alguien de enfermería que los acompañe. Aquí se les explica qué síntomas pueden llegar a presentar, en qué momento deben acudir a un servicio de urgencias y qué es atribuible a la vacuna y qué no”, detalla la enfermera.
Según las cuentas, la enfermera Hernández dice que cada hora en su puesto se vacunarán 12 personas y cuando usted salga no termina el protocolo. La enfermera Restrepo confirma que “en el programa PAI, desde 1977, se vigila lo que a las personas les sucede después de que reciben una vacuna, de cualquiera”, por eso la covid no será la excepción.
Indican los profesionales consultados que el proceso de vacunación es muy serio y por eso esperan que la población lo asuma como tal.
En el siguiente gráfico encontrará el paso a paso de esta vacunación. Si no puede ver el gráfico haga clic aquí.