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El nombramiento del nuevo director del Centro de Memoria Histórica, CNMH, Darío Acevedo, generó tal rechazo en las víctimas, que varias organizaciones que las agremian, e incluso las mismas víctimas, expresaron su intención de retirar los archivos en los que registraron hechos relacionados con el conflicto armado y que fueron entregados a esta entidad para su custodia.
Afectados por el conflicto consultados por EL COLOMBIANO, manifestaron que no confían en Darío Acevedo como director del CNMH, por sus posturas frente a la definición de conflicto armado y porque sienten que con este nombramiento, el Gobierno desconoce las posiciones de aquellos que han padecido las hostilidades.
La senadora de la Unión Patriótica, UP, Aída Abella, enfatizó en que la próxima semana acudirán a las instalaciones del CNMH a retirar los archivos originales que contienen testimonios de lo acontecido al partido que hoy representa, y que fue víctima del exterminio.
“No nos da ninguna confianza un hombre que se refiere a las víctimas de la manera como lo ha hecho, no solo lo que contesta, sino la grosería con que lo hace, es un hombre que está en disgusto con las víctimas”, expresó la congresista.
Para Abella, que estos documentos caigan en manos de una persona que supuestamente va a guardar la historia y la memoria, “pero que es una persona absolutamente parcializada que tiene una visión política que es de él nos llena de desconfianza. Ahí necesitamos a alguien imparcial, que no tenga todos esos prejuicios contra las víctimas del Estado”.
La senadora aseveró que no aspiran a que el director del CNMH resguarde los archivos de las víctimas, “que guarde el de todas porque hubo de la guerrilla, del Estado, de todos los tipos. Primero, el no cree que aquí hubo conflicto armado, seguro fue un conflicto de balines o quien sabe qué, aquí sigue habiendo un conflicto armado, no nos puede seguir diciendo el señor que nos va a resguardar la memoria por como trata a las víctimas”.
La Asociación Minga decidió recorrer el mismo camino de la UP, y en una semana reclamará los registros que le entregó al CNMH. “Esos archivos llevamos dos años entregándolos, los archivos de los últimos 25 años donde están nuestras lecturas de contexto, las investigaciones que se han hecho a nivel regional, indagaciones temáticas; efectivamente la nueva designación de este señor que desconoce el papel de la importancia de la memoria no nos da garantías y no sabemos qué puede pasar con este material”, indicó Sonia Cifuentes, integrantes de la asociación.
Para la Asociación Minga, en todos los registros entregados hay testimonios que no se conocen públicamente de habitantes de zonas en conflicto como Catatumbo, y en palabras de Cifuentes, en temas de seguridad “no sabemos que puede pasar”.
Entre otros que ya manifestaron su retiro de los archivos está Leyner Palacios, representante de las víctimas de la tragedia de Bojayá.
Inconformismo desde su postulación
El rechazo hacia el docente Darío Acevedo para ocupar el cargo de director del CNMH inició desde el momento en el que se conoció su postulación.
Tan solo un día después de que el Gobierno publicara la hoja de vida de Acevedo, más de 80 organizaciones de víctimas y defensores de derechos humanos enviaron una carta al presidente Iván Duque solicitando que evaluara el nombramiento.
“Consideramos que la designación del señor Rubén Darío Acevedo Carmona no cumple con los criterios de imparcialidad ya que a lo largo de su desempeño personal y profesional, no ha mostrado la objetividad que la verdad exige para hacer creíbles y veraces los análisis de la historia de la guerra, lo cual denota un sesgo sumamente peligroso para la construcción de memoria de la sociedad colombiana”, dice la misiva.
Para María Emma Wills, ex aesora de dirección del CNMH, que las víctimas retiren estos archivos, sería fatal para la construcción de la memoria, porque sería “una memoria incompleta, mutilada, construida desde la desconfianza y no desde un lugar de encuentro y reconocimientos mutuos”.
EL COLOMBIANO le escribió al profesor Acevedo para conocer su versión al respecto pero no contestó al llamado, sin embargo, en una entrevista anterior expresó: “La verdad no tiene dueño. ¿A qué horas se coordinan todas esas organizaciones con sus bases y sus juntas? ¿Desde cuándo me conocen? Lo que no comparto es que haya verdades oficiales. Cada sector de víctimas debe ser escuchado. El tono inquisidor, y el ataque Ad Hominem (contra la persona) demuestra intolerancia, es contrario a la opinión, a la diversidad de pensamiento y revela ausencia de argumentos”.