La semana pasada el presidente Gustavo Petro tuvo que enfrentar la salida de tres ministros de su gabinete, la retención ilegal de 78 policías en el Caquetá y un escándalo de posible corrupción que sacudió a su hijo Nicolás Petro. Pese a todo, el mandatario consideró que su semana fue buena.
“Que pasé una semana muy mala dicen por ahí. La verdad no. Compartí con el campesinado en Córdoba la repartición de tierras por la reforma agraria. Dialogué con la población raizal de San Andres y Providencia y acordé el consenso del gobierno para la reforma pensional”, destacó el jefe de Estado en su cuenta de Twitter.
La semana del funcionario inició con la salida de Alejandro Gaviria (exministro de Educación), María Isabel Urrutia (Deporte) y Patricia Ariza (Cultura) de su gabinete ministerial.
Las razones son desconocidas, al menos del lado oficial. Sin embargo, otras versiones apuntaron a que los despidos obedecieron a la oposición de los exfuncionarios a algunas decisiones del jefe de gobierno como la reforma a la Salud, ya radicada en el Congreso.
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En la madrugada del 1 de marzo el Escuadrón Móvil Antidisturbios de la Policía tuvo que acudir hasta San Vicente del Cuaguán (Caquetá) para controlar una protesta que se tornaba violenta.
Una minga campesina se tomó el sector de Los Pozos, cerca a una petrolera, para protestar por sus condiciones de “miseria y pobreza”. El saldo fue de un policía y dos campesinos muertos. En el lugar estuvieron retenidos –por 36 horas– 78 uniformados del ESMAD, el hecho puso en cuestión el enfoque de seguridad del nuevo gobierno.
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En la mañana del día siguiente, el presidente Petro emitió un comunicado en el que tuvo que pedir a la Fiscalía General de la Nación que abriera una investigación en contra de su hijo Nicolás Petro y su hermano Juan Fernando Petro.
Hasta la Casa de Nariño llegaron rumores de que sus familiares estarían en medio de una red de corrupción de abogados que adelantarían cobros para subir, de manera engañosa, a presos y narcos a los beneficios de la paz total. EL COLOMBIANO conoció que la red ofrecen cupos, vocerías de paz y otros beneficios legales por valores que rondan los 500 millones de pesos.
Antes de que el sol se escondiera ese 2 de marzo, la opinión publica conoció la denuncia de Day Vásquez, exesposa de Nicolás Petro. La mujer denunció en la Revista Semana que el diputado del Atlántico habría recibido dineros calientes.
La denunciante aseguró que el exnarco Samuel Lopesierra y el polémico empresario Alfonso Hilsaca, alias el Turco Hilsaca entregaron hasta 1.000 millones de pesos al hijo mayor del presidente. El dinero iba para la campaña presidencial, sin embargo Nicolás se habría apropiado y con él invirtió en una lujosa casa de 1.600 millones de pesos.
El escándalo no terminó ahí porque algunos funcionarios están nombrados en los chats que la mujer ya hizo llegar a la Fiscalía. Uno de ellos es Alfonso Prada, ministro del Interior, que habría dado 10 cupos de representación burocrática a Nicolás Petro.
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