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Industrializar la ciudad: la misión

El próximo alcalde deberá mejorar la oferta del empleo y propiciar la formación.

  • Jorge Barrientos - César E. Tamayo Tobón - Eber Elí Gutiérrez Londoño - Laura Carla Moisa - Carlos Alberto Montoya
    Jorge Barrientos - César E. Tamayo Tobón - Eber Elí Gutiérrez Londoño - Laura Carla Moisa - Carlos Alberto Montoya
24 de julio de 2019
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Medellín es la segunda ciudad del país, después de Bogotá, en materia económica, representa el 6,12 % del PIB nacional, sin embargo, hay asuntos que debe resolver si no quiere llegar a una crisis.

En la última década la capital antioqueña ha cambiado de vocación y ha dejado de ser la capital industrial para convertirse, prácticamente, en la capital comercial y de servicios de Colombia, ese cambio le ha costado, y según los expertos consultados por EL COLOMBIANO si no se cambia la tendencia le costará más.

De cuenta de esta transformación en Medellín hay más desempleados, un poco más del 10 % de la población en edad laboral, pero también ha aumentado la informalidad y los trabajadores por cuenta propia, quienes en su mayoría no son empleos dignos ni decentes, así que el futuro alcalde tendrá que buscar alternativas que generen más empleo y de mejor calidad, distribuido por toda la ciudad para garantizar que el empleo pueda llegar a quienes más lo necesitan.

La movilidad es otro factor complejo con el que se enfrentará la nueva administración. El Área Metropolitana sigue creciendo y en la capital está la mayor oferta laboral de la región, por lo que, para ser más productivos, deben reducirse los tiempos de desplazamiento, lo que, además, será agradecido por el ambiente.

Pero el punto a favor es que Medellín ya está en el mapa del emprendimiento y la innovación del mundo, los múltiples reconocimientos le dan mayor visibilidad a la que tendrían otras ciudades del país, lo que debe ser aprovechado para atraer inversión en ciencia, tecnología e innovación, así como para atraer recursos de regalías.

La lucha contra la desigualdad es una gran tarea del municipio, que cuenta con un índice gini de 0,52 (o es la menor desigualdad y 1 la mayor), cuyas brechas se han ido ampliando. En 2018 el ingreso percápita aumentó al pasar de 996.000 pesos a 1.015.700, no obstante, la clase media se redujo pasando del 67,3 % al 65,8 %, el objetivo es aumentarla para que los ciudadanos cuenten con mejor calidad de vida.

Por último, el alcalde recibirá un municipio con más recaudo de impuestos. Según Medellín Como Vamos en 2018 las finanzas dependían en 23,7 % de los impuestos, cuando la meta a 2030 es del 31,4 %, ambiciosa para los precarios avances; y también recibirá más empresas, solo entre 2017 y 2018 la ciudad pasó de 38,9 empresas a 41 por cada mil habitantes. Este crecimiento no se ha dado en los barrios que reportan más desempleo y menos densidad empresarial, dice ese mismo informe.

Diseñar programas de formación para el empleo

Jorge Barrientos
Profesor Faculta de Ciencias Económicas – Universidad de Antioquia

En educación inicial las coberturas netas y brutas han incrementado, pero en primaria y secundaria o se han estancado o han desmejorado, en especial, en grados 10 y 11. Supone un reto mejorar los indicadores de cobertura, pero más importante aún es hacerlo con calidad. Esto significa establecer una estrategia de oferta de capacitación a los maestros de escuelas y colegios usando criterios consistentes con el nivel formativo. Este es un tema que se relaciona directamente con el siguiente: el empleo. La calidad del empleo en general, así como la formalización, debe ser una meta de la nueva administración, pues en los últimos años la proporción de jóvenes ocupados no afiliados a Seguridad Social creció en 6,1%. En este sentido programas bien diseñados de formación para el empleo debe ser una prioridad. El municipio debe mejorar el indicador de deuda, pues la calificación crediticia tiende a desmejorar, lo que redunda en el desmejoramiento de la capacidad de crédito. Uno de los aspectos clave para mejorar en el índice de desempeño fiscal del DNP y volver al primer lugar en el ranking de capitales es el comportamiento de la deuda y la generación de ingresos. En este sentido debe seguir fortaleciendo el esfuerzo fiscal, poniendo en marcha, entre otras estrategias, un proceso de fiscalización y formalización tributaria, en particular en lo concerniente al impuesto de industria y comercio, pues los establecimientos de comercio están liquidando mal el monto de los impuestos a pagar. Hay un tema al que se le ha dado poca trascendencia, es la deuda del Metro de Medellín. De esta hay que hacer una revisión del estado actual porque a pesar de que se amortiza en más de los montos pactados con la nación, no representan pagos a capital, solo implica reducciones en el plazo.

Concentrar esfuerzos en atender a la población vulnerable

César E. Tamayo Tobón
Decano de la Escuela de Economía y Finanzas de Eafit

Medellín debe promover la inversión privada y la generación de empleo. En este frente, la próxima alcaldía debería continuar incrementando la competitividad, que aún tiene lunares. Por ejemplo, abrir una empresa sigue siendo más costoso en Medellín que en Bogotá, Armenia y Cúcuta. A esto se suma que tramitar permisos de construcción aquí toma más tiempo (171 días, cuando en Bogotá y Cúcuta se tardan 132 días), y que la tasa de impuestos a las ganancias –calculada por el Banco Mundial en 65% para Medellín– es mayor que en Cúcuta, Pereira y Manizales.

Hacer competitiva a Medellín requiere seguir propiciando las condiciones para albergar mercados laborales dinámicos. Así, no deberíamos intentar frenar el crecimiento poblacional de su área metropolitana; por largo tiempo los economistas han estudiado el hecho de que las ciudades más grandes dan lugar a más empleo formal y mayor productividad laboral. La próxima alcaldía debería priorizar las inversiones en transporte urbano e interurbano, y en particular aquel que reduce tiempos de viaje sobre el que le apunta a costos de transporte de carga. El próximo alcalde también debe concentrar sus esfuerzos en atender a la población más vulnerable. La pobreza en el área metropolitana (Medellín interrumpió la medición exclusiva para la ciudad) volvió a subir entre 2017 y 2018, tras un lustro completo de venir bajando. Esto coincide con una reducción sistemática en la inversión pública en población vulnerable desde 2014. Finalmente, la ciudad debe hacer esfuerzos por reducir la brecha de género en términos de empleo, pues en el área metropolitana el desempleo femenino sigue siendo casi 3 puntos porcentuales superior al de los hombres. Adendum: Debemos regresar a la producción de información sobre pobreza y desigualdad para Medellín.

Recuperar la inversión como generador de empleo

Eber Elí Gutiérrez Londoño
Profesor Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas – Universidad de Medellín

La economía de Medellín ha tenido transformaciones debido a que en la ciudad no tienen asiento los sectores económicos más dinámicos de la economía nacional (primarios: minería, agricultura). El sector manufacturero, que es fundamental por ser esencialmente un buen generador de empleo y de agregación de valor, viene atravesando por un proceso de desindustrialización, además de no contar con una política decidida de apoyo a los sectores productivos, ni la promoción de un proceso de transformación productiva. Los retos en el sector económico parten de reconocer las particularidades y condiciones de la ciudad y de una visión de crear ventajas desde una política activa y participativa del sector productivo, recuperando el concepto de política de fomento, que permita realizar un cambio estructural en la actividad productiva local: primero, un propósito para promover el desarrollo económico es identificar la vocación económica del territorio y fortalecerla a través de una institucionalidad eficiente que mejore el clima de oportunidades para la generación de confianza. Segundo, propender por una nueva industrialización de la ciudad con fundamento en ciencia y tecnología; esto es, potenciar una industria que añada valor y genere dinamismo productivo, como fuente fundamental para la generación de empleo, uno de los principales problemas de la ciudad con grandes posibilidades de acumulación e innovación en sectores de alta tecnología; es decir el propósito de este reto es recuperar la inversión privada como motor de valor agregado en la ciudad y el empleo. Y tercero, continuar con la política de movilidad para la ciudad, articulada a las actividades productivas del territorio y al desarrollo inmobiliario; se trata de una conectividad eficiente de la ciudad.

Trazar una política que garantice la oferta laboral en la ciudad

Laura Carla Moisa
Profesora Departamento de Economía – Universidad Nacional

Colombia está en transición después de haber firmado un Acuerdo de Paz con la guerrilla más vieja y grande del continente, y se encuentra ante el enorme reto de reincorporar a esas personas que dejaron las armas, y Medellín no está ajena a ese reto. La cuidad tiene que estar preparada para que cuando terminen los subsidios del gobierno, empiecen a llegar excombatientes a buscar mejores oportunidades, y debe estar a la altura para brindarlas. Pero también se encuentra, al igual que el resto del país, con la problemática del aumento del desempleo, que ya superó nuevamente indicadores de dos cifras, como cinco o seis años atrás. Lo que ocurre en este punto es que el aparato productivo de la ciudad ha cambiado, se construyen grandes centros comerciales donde antes había empresas productoras, es decir, la ciudad, y su área metropolitana, está incentivando el consumo, pero disminuyendo la producción, lo que no será sostenible en el mediano plazo. Así que el futuro alcalde de la ciudad deberá trazar una política clara que permita volver a una Medellín productora, que garantice la oferta laboral para la mano de obra que no encuentra trabajo, porque hay que tener en cuenta que muchos de aquellos jóvenes a los que llamamos “ni nis”, que son los que optan por no trabajar y no estudiar, podrían ubicarse en el mundo laboral si existieran mejores oportunidades para ellos. El futuro alcalde tendrá otro reto, no menos importante, que es luchar contra la pobreza y los índices de desigualdad que azotan a la ciudad, hay que cerrar las brechas, ampliar la clase media y así evitar las injusticias que condenan a los pobres a seguir siéndolo.

Crear condiciones para crecer de manera sistemática

Carlos Alberto Montoya
Docente Facultad de Economía - UPB

Si bien la economía de Medellín es la segunda más importante del país, con una participación promedio entre 2012-2018 del 6,33 % dentro del PIB nacional, después de la economía de Bogotá, cercana al 26 %; y que la tasa de crecimiento del PIB en promedio para el periodo 2012-2018, 4,34%, supera en 1.15 puntos porcentuales a la obtenida a nivel nacional; es evidente que la ciudad registra un potencial de expansión poco aprovechado, tal como se infiere de los muy diversos reconocimientos que la tipifican como una ciudad innovadora. La razón: no basta con el reconocimiento. La ciudad no logra encontrar una senda de crecimiento sostenido que le permita mayor desarrollo tecnológico, atraer talento, promover la innovación y aumentar sistemática y estratégicamente el capital; aspectos que caracterizan a las ciudades que registran el mayor potencial de éxito en el mediano y largo plazo. Este es uno de los grandes retos del próximo alcalde: crear condiciones para que la economía de la ciudad crezca sistemáticamente y logre superar en por lo menos 2 o 3 puntos el crecimiento de la economía nacional.

En esto el gobierno local deberá incluir una estrategia capaz de integrar las necesidades de formación del recurso humano, con las iniciativas de innovación y emprendimiento basado en el uso del conocimiento, la infraestructura productiva y de logística, así como el mayor aprovechamiento de las tecnologías asociadas a la Cuarta Revolución Industrial. Esfuerzo que deberá llevarse a cabo en medio de la construcción de escenarios de confianza que permitan consolidar alianzas con el sector privado. Se trata de un Gobierno amigo de los empresarios, que reconoce en ellos unos socios estratégicos para el logro de un mayor crecimiento y un menor desempleo.

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