La Casa de Nariño tiene resuelta toda la programación y detalles del acto de posesión de Gustavo Petro, que le costará a la Nación 3.571 millones de pesos. Aunque faltan solo cuatro días para el evento, el presidente electo ha dejado en vilo el nombramiento de diez de sus ministros y ha permanecido acuartelado, dejando incluso plantados a los alcaldes que lo esperaban el pasado martes. Ya ni trina.
Petro optó por el silencio justo en la antesala de su llegada al poder, y su notoria ausencia en público y en su cuenta de Twitter se ha sentido especialmente por la incertidumbre que se desató en torno al nombramiento de diez ministros que todavía no define y entre los que están el del Interior, Justicia, Trabajo y Transporte.
En contraste a este ausentismo en eventos públicos, que ya alcanzó 120 horas, su equipo ha dejado claro que quiere que la llegada al poder cambie todos los protocolos establecidos e incluso se buscará romper un récord Guinness como la posesión presidencial con más despliegue realizada en Colombia, pues se realizarán varios eventos en simultáneo en ciudades como Bogotá, Medellín, Quibdó y Cúcuta.
Ni en Twitter ha aparecido
Petro no tiene una salida en público desde el mes pasado e incluso ha permanecido ausente en sus redes, ya que desde el 31 de julio pasado no hace publicaciones en su cuenta en Twitter, donde suele ser activo.
La última vez que se dejó ver en un evento fue el 29 de julio al participar en el encuentro de la Federación Nacional de Departamentos, y posteriormente estuvo presente en un diálogo con los magistrados de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).
Después de tres días de ausencia pública, se registró un polémico desplante del presidente electo el pasado martes en el Hotel Tequendama, en Bogotá, donde al menos 917 alcaldes del país se quedaron con los crespos hechos esperando a Petro durante más de seis horas, pero este nunca llegó a pesar de que había confirmado que asistiría.
En ese encuentro de la Federación Colombiana de Municipios (Fedemunicipios) la silla vacía de Petro se convirtió en un símbolo de incumplimiento y en lugar de Petro habló el exsenador Luis Fernando Velasco, quien dijo que una de las primeras acciones que hará el presidente electo al posesionarse es “sentarse con su gabinete, con un documento que hemos preparado tras la conversación con los alcaldes, no perdimos la tarea”.
¿Dónde está Petro?, fue la pregunta que se hicieron los 917 alcaldes que se quedaron esperándolo y que todavía se mantiene vigente, ya que el mandatario electo sigue ‘desaparecido’ ante la opinión pública. Este diario averiguó sobre el paradero del presidente electo y conoció que es un hecho que no salió de Bogotá, pero hay dos versiones encontradas sobre las razones de su ausencia.
La primera apunta a que Petro estaría en una especie de cónclave con una comisión de expertos nacionales e internacionales que se conformó para analizar el informe completo de empalme sobre seguridad nacional y defensa. Fuentes del círculo del presidente electo le dijeron a este diario que ese encuentro fue de suma importancia porque se abordaron temas como el estamento militar, la paz total y el retiro de la Policía del Ministerio de Defensa. Sin embargo, lo raro es que siempre usa Twitter y no lo ha hecho.
Por otro lado, la otra versión apunta a que Petro está enfocado en la definición de los 10 ministros que le hace falta nombrar, pues estaría tratando de mantener el equilibrio entre nombramientos “progresistas” y las cuotas políticas que le garanticen gobernabilidad en el Congreso.
Otros mencionan que se trataría de problemas de índole personal que habría ocasionado incumplimientos como el del encuentro del Pacto Histórico en Santa Marta el 28 de julio, al que Petro llegó sobre las 6 de la tarde –cuatro horas después de lo previsto– y dio un breve discurso.
Nombramientos estancados
Conformar el resto del gabinete ministerial se volvió un dolor de cabeza para Petro. Por un lado trata de manejar nombres calificados para posibles ministros y por el otro lidia con los acuerdos políticos (ver Protagonistas) con partidos tradicionales como el Liberal, Conservador y La U.
De ese rompecabezas que está tratando de armar el presidente electo ha trascendido el interés de los liberales por incluir al exrepresentante a la Cámara, José Luis Correa, quien suena fuerte para ser la cuota de César Gaviria, actual cabeza del liberalismo, en el Ministerio de Vivienda.
Mientras tanto, en las toldas godas ha tomado fuerza el interés del senador Carlos Andrés Trujillo, director del Partido Conservador, para que Guillermo Reyes sea nombrado ministro de Justicia. Reyes se ha beneficiado de contratos en el municipio de Itagüí –fortín político de Trujillo– y fue designado por Petro como coordinador del empalme presidencial del sector justicia.
Por otra parte, desde la Alianza Verde se le entregó al presidente electo una lista de nombres de quienes podrían ser sus cuotas en altos cargos del Ejecutivo. Es el caso de los excongresistas Jorge Londoño, Sandra Ortiz, Leon Fredy Muñoz y Mauricio Toro; el exgobernador de Nariño, Camilo Romero, y la excandidata a la Cámara, Luz Dana Leal, esposa de Carlos Ramón González, uno de los co presidentes de la colectividad verde.
El caso del Partido de la U es distinto, pues este diario conoció que su directora, Dilian Francisca Toro, no le pidió al nuevo gobierno un ministerio, pero su bancada en el Congreso está presionando para quedarse con cargos de alto perfil.
Estas negociaciones políticas serán claves para Petro, pues si satisface los pedidos de sus aliados podrá contar con su respaldo en el Legislativo. Esto ha puesto a pensar tanto al mandatario electo que ha frenado nombramientos que estaban casi listos como el de Alfonso Prada como ministro del Interior y el de María Isabel Urrutia como ministra del Deporte.
Posesión será extravagante
El embrollo en el que está Petro para nombrar a sus ministros faltantes contrasta con el lujo de detalles y creatividad que le puso a la jornada de transmisión de mano que se realizará el próximo domingo.
Este diario dialogó con los organizadores de ese rimbombante evento, cuyo contrato alcanza los 3.571 millones de pesos y le fue adjudicado a la firma Plaza Mayor Medellín por parte del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República del gobierno saliente, de Iván Duque.
Lo que está claro es que Petro quiere ‘sacarla del estadio’ y salir del protocolo habitual. Por ejemplo, para el sábado en la mañana tiene previsto que miembros de la comunidad indígena le hagan un acto de ‘posesión espiritual’ en la Plaza de los Artesanos, en Bogotá, en el que estará junto a la vicepresidenta Francia Márquez. Luego, ese mismo día, el presidente electo tiene previsto reunirse con las delegaciones de países invitados a la posesión.
El domingo en la mañana Petro estará reunido en privado con su familia y sobre las 2:30 arribará al evento principal en la capital del país, que tendrá un amplio despliegue de actos culturales que llegarán hasta otros territorios como Medellín, Quibdó y la frontera con Venezuela.
En Bogotá se realizarán actos culturales y transmisión del evento en el Parque Santander, la Plazoleta del Rosario, la Plaza de las Nieves y el Parque de los Periodistas.
Entre las peticiones hechas por Petro se destacan la no utilización de la alfombra roja en la Casa de Nariño, la exhibición de la espada de Simón Bolívar y de la paloma de la paz de Fernando Botero. Además, habrá una delegación de silleteros de Medellín, y se espera que se exhiban 32 silletas que representen los departamentos de Colombia.
También se detalló que a Petro lo recibirá una delegación, por definir, del Congreso que estará acompañada por cuatro guardias indígenas de diferentes comunidades del país, quienes lo llevarán a la tarima donde se posesionará.
El presidente del Senado, Roy Barreras, será quien le ponga la banda presidencial a Petro, quien acto seguido presenciará los honores militares en la Plaza de Armas, y luego caminará junto a su familia hasta la Casa de Nariño, donde será recibido por parte de Iván Duque y su familia