La más reciente encuesta Invamer, publicada este 30 de noviembre, realizada en todo el país entre el 15 y el 27 de ese mes, reveló que Iván Cepeda encabeza la intención de voto presidencial (31,9%), en un contexto en el que se indagan percepciones de figuras públicas, afinidades políticas y escenarios hipotéticos de votación para las elecciones de 2026 en Colombia
Y es que el liderazgo de Cepeda se vincula de manera directa con un hecho que no han ejecutado los demás candidatos: es el único entre los primeros 15 con medición real en urnas durante 2025. La consulta del Pacto Histórico de octubre activó sus bases, le dio visibilidad reciente y movilizó su estructura territorial, ya que ese ejercicio dejó más de 1,5 millones de votos a su nombre y un movimiento político en plena actividad, incluida su bancada al Congreso.
Este proceso, de acuerdo a diferentes analistas, generó un efecto de “recordación inmediata”. La consulta funcionó como un ensayo electoral que puso su nombre en circulación y permitió que su campaña ejerciera proselitismo anticipado, mientras otros sectores no realizaron ejercicios similares.
A esto se suma la consolidación del voto de izquierda, visible también en los datos de reconocimiento. Cepeda es una de las figuras más conocidas del espectro (79,2%) y combina opiniones favorables del 38,3% con desfavorables del 46,5%.
En el voto espontáneo de primera vuelta (pregunta abierta hecha en la encuesta), aparece con 1,8%, pero en la tarjeta cerrada asciende al 31,9%, mostrando la fuerza de su estructura cuando el electorado ve el abanico completo de aspirantes.
Este desempeño también coincide con la aprobación del presidente Gustavo Petro, que en noviembre marcó 37,7%. La lectura de estos resultados es que la intención de voto de Cepeda refleja a buena parte de quienes respaldan la continuidad del proyecto político del actual Gobierno.
¿Llegó Cepeda a su techo? Lo que muestran el rechazo y la segunda vuelta
Aunque Iván Cepeda lidera la medición, los datos de Invamer muestran el principal límite de su candidatura: es de las figura con el voto negativo más alto del país. El 23,9% de los encuestados afirma que nunca votaría por él, un rechazo asociado en gran parte al electorado contrario al Gobierno Petro y a quienes identifican su aspiración como la continuidad del proyecto oficialista.
Ese nivel de resistencia define un escenario en el que su crecimiento puede verse condicionado, sobre todo en una competencia que aún no depura el número de candidaturas de centro y derecha.
Los resultados de segunda vuelta permiten dimensionar mejor ese posible techo. En un enfrentamiento con Abelardo de la Espriella, Cepeda aparece con una ventaja amplia y obtiene el 59,1%, lo que indica que, ante una polarización entre extremos, podría recoger apoyos de segmentos del centro-izquierda que evitarían un salto hacia una opción más radical del otro lado del espectro.
Sin embargo, cuando el contrincante es Sergio Fajardo, el panorama cambia: la diferencia se convierte en un empate técnico, con 46,4% para Cepeda frente a 48,9% para Fajardo. En este escenario, la candidatura del exalcalde de Medellín se convierte en un punto de encuentro para votantes de centro y derecha que buscan una alternativa distinta al petrismo.
Esa mezcla de un voto consolidado y un rechazo significativo abre la discusión sobre si Cepeda ya alcanzó un techo momentáneo. Su 31,9% refleja una izquierda unificada, pero también un margen estrecho para seguir creciendo mientras no se ordenen las candidaturas de los otros sectores.
Con varios meses por delante, el comportamiento de ese techo dependerá de cómo se reacomoden las campañas y de si Cepeda decide mantener su camino directo a la primera vuelta o participar en una consulta más amplia, aún pendiente de definición.
Sobre la encuesta, el presidente Gustavo Petro reaccionó a los resultados de la encuesta con un mensaje que apuntó directamente a los escenarios electorales: “Uribe terminará escogiendo a Fajardo, su última opción. Fajardo verá qué hace con su conciencia. Pero lo que debe aparecer es un pueblo poderoso que no quiera que lo manejen riquillos mafiosos apoderándose del Estado, porque ya desataron un genocidio imperdonable. Esclavizan al pueblo y lo matan y lo embrutecen para hacer ganancias familiares. Nosotros queremos un pueblo educado y libre, dueño de sí mismo. Una Colombia poderosa”.
Su pronunciamiento se inserta en la discusión abierta por la medición, en un momento en el que las cifras ubican a Iván Cepeda como la principal carta del oficialismo. Al intervenir políticamente de esta manera, Petro conecta la encuesta con una lectura más amplia del pulso electoral y del tipo de coaliciones que podrían configurarse, dejando ver cómo la interpretación de las cifras se convierte también en un mensaje hacia las bases que siguen al Gobierno y al bloque político que representa.
Ficha técnica
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