Quizás no hay un tema que se le critique más al presidente Gustavo Petro que el uso de sus redes sociales. Tanto sus opositores como sus más fieles aliados coinciden que el mandatario trina demasiado y trina mal, pues suele cazar peleas, hostigar a la prensa y hasta caer en noticias falsas.
Solo en lo que va de junio, el jefe de Estado ha trinado 468 veces, nada más y nada menos que unos 21 trinos por día.
Pese a que esa ha sido una constante de su forma de hacer política y gobernar lo cierto es que estás últimas semanas ha usado esa herramienta para imponer su narrativa en temas como su favorabilidad, las marchas o los escándalos.
El senador de David Luna, del Cambio Radical, se lo sacó en cara: “Petro prometió gobernar desde las regiones y terminó haciéndolo por Twitter”, dijo.
Desde el día en que murió el coronel Óscar Dávila –salpicado en el escándalo de la exjefa de gabinete de Petro, Laura Sarabia– el mandatario trinó, sin pruebas, que se había tratado de un suicidio y no de un homicidio culposo. Desde entonces, se le criticó por trinar con falta de información aún siendo el jefe de Estado.
Aún así, Petro se sostuvo en su teoría y celebró cuando el informe de Medicina Legal le dio la razón: “Yo les digo a los medios que convocaron la marcha de ayer con noticias en donde insinuaban que el coronel Dávila había sido asesinado. ¿Qué tienen ahora que decir? ¿Hasta dónde llegará la calumnia? ¿Cuanto vale el daño que me hacen?”, dijo.
En esa sola despachada, el jefe de Estado sacó pecho de tener la razón y tildó a los medios, una vez más, de publicar información falsa y con “calumnias”.
Pero no ha sido la única vez. Con las marchas y la popularidad, Petro dijo que las manifestaciones en su contra habían sido muy débiles, aún cuando la Policía dijo que salieron 92.000 personas, y se atrevió a insinuar que volvería a ser elegido como presidente si las elecciones fueran esta semana.
Y así, Petro se ha peleado por ahí con el Congreso, las altas cortes y el fiscal Francisco Barbosa, a quien cada rato le lanza vainazos diciéndole que está sesgado.
Por eso, hasta Sarabia y Armando Benedetti, que en ese entonces eran dos de sus escuderos, reconocían que no era el manejo adecuado y que Petro debía parar. “Yo no tengo manejo sobre sus redes”, dijo Sarabia en abril.
Lo cierto es que Petro es un hombre obstinado con sus redes y no las suelta fácil. Germán Gómez, que es su asesor oficial de comunicaciones, tampoco pudo acceder a ese poder y, de hecho, se irá del Gobierno en un par de días.