Luz Mary Portela León, Cristina del Pilar Guarín y Lucy Amparo Oviedo . Tres nombres, tres mujeres desaparecidas, 30 años de incertidumbre. Ellas fueron víctimas de la toma del Palacio de Justicia en 1985; de su paradero no hubo certezas. No eran guerrilleras del M-19: dos trabajaban en la cafetería del recinto estatal, una visitaba ocasionalmente el lugar.
En la mañana de este martes, el fiscal general de la Nación, Eduardo Montealegre, leyó los nombres de estas tres mujeres: sus cuerpos habían sido encontrados. Los restos de Cristina del Pilar Guarín y Luz Mary Portela León fueron identificados en dos tumbas del Cementerio Jardines del Recuerdo, ubicado en Bogotá. El cuerpo de Lucy Amparo Oviedo, por el contrario, fue hallado en el Cementerio del Sur, también en la capital. Con las exhumaciones y las pruebas de ADN, Fiscalía y Medicina Legal comprobaron que se trataba de las tres mujeres desaparecidas.
René Guarín, hermano de Cristina del Pilar Guarín, se enteró de la noticia en la mañana. Pidió, sin que la voz le temblara, ver los restos encontrados. Así se lo relató a EL COLOMBIANO: “Me ofrecieron ir con acompañamiento psicológico al laboratorio para mostrarme los restos que ellos habían encontrado. Los restos de mi hermana Cristina. En el momento en el que llegamos a ese laboratorio vi que aparte de los huesos había una bolsa que decía prendas de vestir. Yo le pedí al funcionario de Medicina Legal que la abriera, él la abrió y para mi gran sorpresa salió un trozo, un cuadrado de la falda que llevaba mi hermana ese día para ir a trabajar al Palacio. Es la misma falda con que la hemos visto salir viva del Palacio de Justicia en custodia de miembros del Ejército Nacional”. Una certeza para René: su hermana salió viva del Palacio.
Con estos hallazgos ha comenzado a dilucidarse un capítulo oculto del holocausto en el Palacio de Justicia. Las tres mujeres hacen parte de las 11 personas que desaparecieron aquel 6 de noviembre de 1985. A finales de 2014, la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó al Estado colombiano por estas desapariciones y por la tortura de cuatro civiles.
En palabras del organismo internacional: “La Corte consideró demostrado que existió un modus operandi tendiente a la desaparición forzada de personas consideradas como sospechosas de participar en la toma del Palacio de Justicia o colaborar con el M-19. Los sospechosos eran separados de los demás rehenes, conducidos a instituciones militares, en algunos casos torturados y/o desaparecidos”.