Parte de la estrategia del Gobierno del presidente Gustavo Petro para cambiar el sistema son los equipos básicos de salud (EBS). Esto consiste en grupos de profesionales y técnicos del sector recorran zonas rurales y apartadas para llevar atención en salud a las comunidades para asegurar que la gente pueda acceder a servicios desde su casa. Tienen el objetivo de promover el cuidado, prevenir enfermedades para detectarlas y tratarlas a tiempo. Para impulsarlos, el Ministerio de Salud ha girado cuantiosos recursos en los últimos tres años, pero no hay rastro disponible de qué se ha hecho.
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Desde agosto de 2022, el Gobierno ha asignado $8,21 billones para las transferencias presupuestales a las entidades territoriales —es decir, a los hospitales públicos— para contratar EBS en el país. Aunque el valor incorporado señalado es de $9,06 billones.
De ese valor, según la información consignada en la página del ministerio, se ha ejecutado $1,17 billones, lo que corresponde al 14,2 % del total; mientras que el valor pagado ha sido de $1,11 billones.
Este plan para implementar la atención primaria en salud, si bien es una estrategia con un fin loable de llevar atención en salud a las personas que viven en zonas alejadas, ha tenido críticas en su implementación por parte del actual Gobierno. Empezando por la falta de información disponible su ejecución y de los resultados en salud pública, así como por los líos legales para su financiación: para lo cual intentaron en 2024 usar recursos de la unidad de pago por capitación–UPC (dinero para atención de afiliados de las EPS), pero la Corte Constitucional tumbó el decreto que lo habilitaba.
En ese sentido, los beneficios y ejecución de qué se ha hecho con esos $8,21 billones está a ciegas para el país. En la página del Minsalud que muestra el componente financiero de las transferencias de esa cartera no hay información sobre los contratos y actos administrativos, los rendimientos financieros reintegrados, los soportes documentales de esos giros ni la retroalimentación y cierre.
Tampoco hay datos de seguimiento y reintegros de la plata que esa cartera ha destinado a los EBS. En esos espacios lo que aparece son las leyendas “sin datos” y “no se puede acceder a los datos”.
Lo anterior quiere decir que no se sabe al detalle cuántos equipos hay en el país (aunque el presidente Petro ha mencionado que son 10.000), a quiénes se contrató ni qué hicieron esos grupos de profesionales, pues no hay informes de gestión.
Los únicos datos disponible en el mencionado enlace es la pestaña llamada “asignación”. Allí se mencionan las entidades territoriales —entre alcaldías municipales, secretarías de salud y hospitales públicos (empresas sociales del Estado)— a los que se les ha asignado algún valor de la inversión total para los EBS en los últimos tres años.
Estos datos muestran que se le han asignado $5,33 billones a 3.229 entidades. De esa cifra, algunas han incorporado $3,36 billones. Es decir, el 63 %. No obstante, tampoco hay información disponible sobre la retroalimentación y el cierre que el Ministerio de Salud le ha dado a esas asignaciones.
EL COLOMBIANO le preguntó al Ministerio por qué no hay información sobre la ejecución de esos recursos, de los contratos y actos administrativos ni de los rendimientos financieros reintegrados para agregar un comentario oficial en esta nota, pero al cierre de esta nota no se pronunciaron.
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