Dependiendo de la edad, las mujeres deben hacerse exámenes de laboratorio y de imagenología para prevenir complicaciones o facilitar la curación.
Para prevenir o detectar el cáncer de cérvix (cuello del útero), desde los 24 años o dos años después de haber iniciado actividad sexual y hasta los 70 años, se debe hacer la citología anualmente. A los 40 años o en caso de lesión palpable o antecedentes familiares, se debe realizar una ecografía de mamas una vez al año. Y, a partir de los 50 años, se debe hacer la mamografía anualmente para hallar lesiones cuando aún no son palpables.
Si al realizarse la mamografía, se detecta alguna lesión, se practica una biopsia para determinar si es un tumor benigno o maligno y programar la cirugía. Desde la adolescencia y hasta los 50 años, se deben hacer exámenes hormonales para determinar trastornos metabólicos.
Jaime Ruiz, ginecobstetra de la Clínica del Prado, explicó que “todos los cambios metabólicos que ocurrieron en la adolescencia y no se controlaron, se manifiestan en la menopausia”.
También se deben practicar, hacer una vez al año, la ecografía vaginal. Con esta se busca detectar el cáncer de ovario y evaluar quistes en los ovarios y tumores en el útero.
Cuando la mujer llega a la menopausia, se debe hacer anualmente, la ecografía mamaria y la vaginal (por tumores de los ovarios y cáncer del útero), los exámenes hormonales, un hemograma (para evaluar la anemia) y cada tres años, la densitometría ósea para descartar o confirmar la osteoporosis.