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Violencia intrafamiliar, sin freno

Gobierno impulsa refugios para mujeres que han sido víctimas en sus casas durante aislamiento.

  • ilustración Elena ospina
    ilustración Elena ospina
07 de abril de 2020
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La violencia en los hogares no para ni en cuarentena. Así lo demuestran las cifras publicadas por el Observatorio de género de la Vicepresidencia de la República, el cual, al comparar las llamadas realizadas en la línea 155 entre 2019 y 2020, muestra que hubo un aumento del 103 %.

La preocupación, ahora, se concentra en mitigar esos focos de violencia en el hogar, a propósito del aislamiento en el que estará el país hasta el próximo 27 de abril, como estrategia para evitar que los contagios por coronavirus se trepen.

La vicepresidenta, Marta Lucía Ramírez, señaló que la estrategia implementada por el gobierno busca frenar las conductas violentas en las familias y dar garantías de denuncia y atención a los requerimientos que hagan los ciudadanos.

“En el análisis se encontró que mientras en 2019 se recibieron 602 llamadas (55 diarias), en el periodo comparable de 2020 se recibieron 1.211 (11 diarias)”, dice el observatorio, al señalar que el periodo medido es desde el 25 de marzo hasta el 4 de abril pasado.

Asimismo, la vicepresidenta señaló que junto a la Sociedad de Activos Especiales (SAE), que es la que administra las propiedades que están en extinción de dominio, se habilitarán 65 bienes con el objetivo de convertirlos en refugio para las mujeres víctimas de violencia. De estos, 18 están en Antioquia.

Al respecto, la presidenta de la SAE, Virginia Torres, explicó que para el departamento implementarán “un procedimiento especial para la selección de un portafolio de 12 vehículos y 6 inmuebles con el propósito de facilitar a las entidades territoriales la atención a la mujer afectada por el maltrato y ayudar a retirarlas del núcleo de violencia que están denunciando”.

Asimismo, la vicepresidenta manifestó que “estamos contactando a gobernadores y alcaldes, para poner a su disposición estos inmuebles, ya que hoy cobra más fuerza nuestra misión de reconocer, apoyar y brindar protección a las mujeres de nuestras regiones en medio de una coyuntura tan crítica, que supone enormes retos de salud pública y de carácter social y económico”, dijo la vicepresidenta, al destacar que el Gobierno no bajará la guardia ante los atropellos que se siguen cometiendo en contra de colombianas y migrantes.

¿Qué pasa?

José Fernando Vasco Alzate, magíster en familia e investigador del Observatorio de Género y Sexualidad de la Universidad de Caldas, plantea que el mundo está viviendo una época de cambio, sobre todo por el confinamiento en el que estamos y por ende las familias “están viviendo estrés y miedo, dada la incertidumbre que genera la situación”.

Aunque señala que los cambios no pueden calificarse como buenos o malos, el hecho de vivir las 24 horas del día, sin espacios para salir al trabajo o hacer diligencias, plantea una presión en términos de pedagogía, pues “estamos pasando por una época de aprendizaje”, lo cual genera que, al sentir la presión social dentro del entorno familiar, se generen estos brotes de violencia, como los señalados por la Vicepresidencia y la Fiscalía.

“Por ejemplo, en el caso de los hombres, tenemos que comprometernos más en el cuidado del hogar. Debemos ser protagonistas del quehacer de la vida familiar y de la vida privada” y, para él, romper el estereotipo social que indica que los hombres son el sustento social de los hogares y que las mujeres son quienes se dedican a mantener el hogar desde el ámbito privado.

Frente al fenómeno, la vicepresidenta destacó que “venimos trabajando de manera articulada para dar una respuesta integral y efectiva a otro virus que merece toda nuestra atención: las violencias en contra de las mujeres y los niños”, que son los que están sufriendo estos brotes de violencia dentro de los hogares, destacando que prevenir los ataques dentro de las familias es un trabajo liderado por su despacho, pero que debe ser abordado por la sociedad en general, pues “así como estamos trabajando en aplanar la curva de contagios del covid-19, también tenemos que hacerlo como sociedad para aplanar la curva de las violencias en contra de la mujer”.

¿Y los niños?

La directora del Icbf, Lina Arbeláez, también reportó que entre el 12 de marzo y el pasado 4 de abril, las centrales de atención de denuncias del Instituto recibieron 9.893 reportes asociados a violencia, con un promedio diario de 412 casos. La funcionaria destacó que se encontraron con que, en su mayoría, las comisarías de familia tienen los medios virtuales, pero la ciudadanía no tiene cómo acceder a estos mecanismos. Por esto, llamó la atención del resto de la sociedad para que “también apoye y denuncie cuando haya casos de violencia dentro de las familias contra los niños”.

Al respecto, Ximena Norato, directora de la Agencia Pandi, entidad encargada de proteger los derechos de la infancia, aseguró que este aumento de los casos de violencia es fiel reflejo de que la sociedad sigue siendo ajena a la protección de la población más vulnerable. “Convivir con el agresor las 24 horas pone en más riesgo a los niños y en general a las víctimas de la agresión. En el caso de los niños sufren por partida doble, porque si la mamá es violentada y el niño lo ve, sufre golpes sicológicos”.

Al respecto, Luz Alcira Granada, directora de Incidencia Política de Save The Children en Colombia, plantea que “este es un tiempo para que los adultos entendamos que los niños están también recibiendo toda esta situación de tensión y que como responsables de ellos debemos buscar formas creativas para pasar el tiempo y, de alguna manera, intentar que la situación sea menos compleja” .

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