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Una invitación a conversar y explorar salidas desde todos los ámbitos (academia, sociedad civil, sector público y empresas privadas) es la iniciativa que recoge la Universidad Eafit en un documento, en el que plantea un decálogo de retos y propuestas para que la sociedad antioqueña afronte de forma conjunta los desafíos que trae la pandemia, como ya lo hizo en otros momentos de la historia reciente de la ciudad.
Adolfo Eslava, profesor Asociado del Departamento de Gobierno y Ciencias Políticas de la Universidad Eafit, explica que la construcción colectiva del documento “Supervivencia, vivencia y convivencia, durante y después del covid-19”, parte de dos elementos básicos: resaltar el valor supremo de la vida, destacar la conveniencia de las medidas sanitarias y poner sobre la mesa la necesidad de que esa supervivencia sea acompañada de condiciones de vida dignas para todos los habitantes.
“La crisis exige que como ciudad y como sociedad activemos la conversación para atender demandas sociales crecientes en una realidad de una economía frenada. Es un gran reto conversar para articular esfuerzos, gestionar recursos y para tomar decisiones públicas en un escenario de recursos escasos. Hablamos de una nueva acción colectiva”, explicó.
Esto porque Eafit percibe que hay muchos esfuerzos individuales que podrían ser más eficientes si se articulan y agrega que es hora de “pasar de una situación de respuesta a una emergencia a una nueva situación de gerencia pública de la emergencia”.
En esa tarea pone de manifiesto el valor del trabajo conjunto entre los diferentes sectores que, con tanto éxito en el pasado, han aportado a la superación de situaciones críticas en la región, a través de modelos público-privados para desarrollar estrategias conjuntas en clave de las capacidades existentes de cada uno de los actores.
Azucena Restrepo, presidenta ejecutiva de Proantioquia, valoró los esfuerzos conjuntos que han surgido en los más de dos meses de trabajo articulado que ha requerido la contención de la pandemia y las consecuencias sociales y económicas que se derivan de las restricciones de movilidad.
“Esta crisis ha hecho evidente nuestra mayor fortaleza y es la capacidad de trabajar intersectorial e interinstitucionalmente, con una afluencia de sectores alrededor del liderazgo del gobernador y del alcalde. Desde el comienzo se instalaron mesas de trabajo compartidas entre la academia y una confluencia de capacidades del sector empresarial que desde el inicio ha aportado recursos para fortalecer la infraestructura del sistema de salud y para trabajar alrededor del mejor modelo de pruebas diagnósticas lo que ha posicionado al departamento como el lugar con mejor tasa de pruebas de contacto por cada caso positivo para covid-19”.
Más allá de resaltar la eficacia de las medidas preventivas, que han hecho que Medellín y Antioquia sean ejemplo por las buenas cifras en la atención de pacientes contagiados por el nuevo coronavirus (4 % de casos positivos en el país y solo el 1,2 % del total de fallecidos en Colombia), la propuesta de Eafit pone la lupa en temas anexos a la atención de la emergencia como el apoyo psicosocial y lo que representa el encierro, así como los delitos contra mujeres y niños que se potencian con periodos extendidos de confinamiento.
Aunque la red diagnóstica del departamento es considerada la más completa del país, con cerca de once laboratorios avalados para procesar pruebas, Eafit insta a “acelerar la función de pruebas diagnósticas, incluyendo practicar muestras aleatorias y hacer inferencia sobre los patrones de contagio que permitan mejorar la labor de monitoreo y aislamiento”, y aboga por la implementación de protocolos sanitarios en espacios públicos, así como programas de educación en prevención e identificación de contagio.
Una apuesta arriesgada al debate público que asuma que el cambio comenzó ya y que solo ese trabajo mancomunado entre los actores oficiales (alcaldías, Gobernación y Gobierno Nacional), los sectores privados (empresas, gremios) y organizaciones sociales permitan aminorar al máximo el impacto de un virus que llegó para quedarse y que tendrá impactos incalculables en la cotidianidad de las personas .
Eafit propone una conversación entre diferentes actores para superar las demandas sociales crecientes ante la crisis social derivada de la covid-19. Articulación de entidades, la clave.
Gobernanza común y trabajar en red. Estos dos conceptos afloran en la propuesta de Eafit que pretende articular actores para desarrollar estrategias conjuntas, a través de una Gerencia Pública de la Emergencia. Para explorar el tema, el documento acude a las experiencias exitosas de dos organismos que dejaron huella en el país en la década de los 90: el Forec (Fondo para la Reconstrucción del Eje Cafetero) luego del terremoto de Armenia y lo que consiguió la Consejería Presidencial para Medellín que dio una mano muy importante en medio de la crisis por la violencia de los carteles.
“Es importante enfatizar que hasta el momento muchas de las respuestas en asistencia alimentaria han estado desarticuladas, pues se han hecho desde distintos niveles de gobierno y partiendo de bases de datos de distintas políticas. Esta fragmentación también cobija a la sociedad civil, la cual ha tenido sus propios programas. Esta división no solamente crea problemas de acción colectiva, sino que reduce seriamente la posibilidad de llevar a cabo programas más sofisticados y profundos de intervención. Por esto es clave que las respuestas se articulen”.
Por tal motivo, Eafit propone la creación de un “nuevo Forec”, una entidad que aglutine esas iniciativas de asistencia alimentaria y que coordine recursos y capacidades de muchos actores para que la respuesta sea policéntrica. Nicolás Posada López, director del Comité Intergremial de Antioquia, indicó que para esa entidad se hace necesario continuar e impulsar aún más esa articulación público - privada que ha permitido atender a la población en los desastres y calamidades. “Hay que destacar que gremios, empresarios y fundaciones han atendido en diferentes puntos del país las crisis sociales siempre articulados con el Gobierno Nacional. Hay que repensar modelos y una apuesta clara ahora es cómo garantizar y apoyar a estas poblaciones que van a quedar completamente devastadas por la crisis que se avecina con el covid-19”.
Evitar a toda costa esa señal de emergencia en que se convirtieron los trapos rojos en las ventanas y balcones de las viviendas es uno de los ejes centrales del documento de Eafit para afrontar el presente y el futuro de la pandemia.
Para tal fin, recalca en la necesidad de establecer una “Renta básica focalizada, o bien, esquemas de subsidios incondicionados, para cubrir las necesidades de las personas que viven en condiciones de miseria”. Explica que la renta básica propuesta es focalizada, familiar, temporal, pero que ahonda en un valor significativo por lo que propone que sea de al menos 50 % del salario mínimo mensual -cerca de $490.000- por el periodo que dure la cuarentena y las medidas estrictas de aislamiento y que se extienda, de tres a seis meses, mientras se reactiva la recuperación económica.
Azucena Restrepo, presidenta Ejecutiva de Proantioquia, resaltó que desde el inicio de la emergencia ha sido clave pensar un modelo de asistencia social para las comunidades que están en condición de pobreza o vulnerabilidad.
“Inicialmente se planteó asistir a las personas que venían censadas en la base de datos del Sisbén 4 que identificó cerca de 260.000 familias en esa condición de vulnerabilidad. La Alcaldía eligió su propia plataforma con Medellín Me Cuida y reporta que ha logrado llegar a 230.000 familias con ayuda monetaria. A eso se suman las ayudas del Gobierno Nacional con los programas de Familias en acción, Jóvenes en acción y Adulto Mayor. Hemos insistido en que esa metodología se convierta en una certeza de por lo menos los próximos tres meses para estas familias y que no estén en la zozobra de que se acaban sus recursos y no sepan si les volverán a llegar. La idea es que mientras evoluciona la reactivación económica, las familias cuenten con una renta o un modelo de lo que hemos llamado un subsidio temporal que fue la propuesta que hicimos en Proantioquia y Medellín Cómo Vamos”.
Para mitigar el impacto de los despidos y cierres de empresas, Eafit propone acompañar a las Mipymes (en Medellín son cerca de 10.000 y generan 156.000 empleos) y agilizar un subsidio de desempleo para la clase más vulnerable. Plantea que las ocupaciones que tengan la oportunidad o capacidad de teletrabajar lo sigan haciendo, por lo menos, durante los próximos tres meses: “Un plan de financiación para las mipymes donde las cajas de compensación, microfinancieras y cooperativas para las micro e informales ponen parte de financiación y el gobierno la parte del subsidio. Existe también otro grupo poblacional vulnerable al apagón económico que dependen exclusivamente del ingreso laboral, no cuentan con activos ni ahorros que permitan sobrellevar las medidas de confinamiento. Allí, se requiere fortalecer el subsidio al desempleo que otorgan las cajas”. El alcalde Daniel Quintero ha dicho que entendiendo que tiene que haber vida después del covid, la lucha se da en dos frentes: para que no se pierdan vidas, pero también para que se conserven los empleos: “Les pedimos protocolos a todas las empresas para mantener el control. A la fecha van 90.400 empresas con bioprotocolos y tienen tanto las grandes empresas de manufactura como un negocio pequeño tipo una legumbrería. Eso ha permitido hasta ahora que la apertura sea exitosa y que Medellín Me Cuida Empresas sea un ejemplo que ponemos a disposición de otras ciudades de Colombia”.
Por su parte Jaime Echeverri, vicepresidente de planeación y desarrollo de la Cámara de Comercio de Medellín, indicó que las buenas cifras del departamento ameritan un trato diferencial para flexibilizar la apertura sectorial y que la economía no golpee más a las familias. “Antioquia siente que es capaz de abrir otros sectores masivos en manos de obra, como el sector de comercio al por menor que es casi el 40 % de la base empresarial del departamento y si se ha sido responsable, por qué no dar un voto de confianza”.
Reactivación de la estrategia de gestión
microterritorial Pactos y Actos. Foco a delitos contra mujeres y niños.
Apoyo financiero a la
informalidad con subsidios incondicionados y un plan de ayudas para la poscuarentena.
Rodear las Mipymes y subsidio de desempleo a la
clase vulnerable. Planes financieros.
Más periodista que comunicador social. Apasionado por la lectura, la escritura y la historia. Enfermo por los deportes e inmerso en el mundo digital.