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Paciencia: para esperar el día tan anhelado en que el bebé nazca, para ingresar al hospital y esperar que todo salga bien, para recibir al pequeño o la pequeña en los brazos. Paciencia es, quizás, la palabra que más ha escuchado Édgar Guevara en los días previos a la llegada de sus bebés.
El 25 de marzo, a las 2:30.p.m, nacieron en el Hospital General de Medellín (HGM) dos niñas y un niño: Kengry, Ailin y Erik. Esa fue su primera vez como papá y fue por partida triple. Sus trilizos, de ojos y cabello oscuro, nacieron justo en medio de la emergencia nacional que se vive por la pandemia provocada por la covid-19.
Él y su esposa llegaron desde Carepa, en el Urabá antioqueño, para recibir mejores condiciones de salud en la capital del departamento. “Teníamos miedo por todo lo que está pasando con el coronavirus, mi bebés tuvieron que estar allá varios días y la situación era difícil tomando todas esas medidas y pidiéndole a Dios para que no pasara nada malo”, explica Guevara desde la habitación de un hotel en el que se están quedando mientras pueden volver a su pueblo natal.
En el hospital
En el HGM las cosas también han cambiado por estos días. Antes, a los recién nacidos los podían visitar sus mamás y sus papás todos los días, los abuelos tenían autorización para ingresar los fines de semana. “Ahora es distinto, a los abuelos, por ser la población más vulnerable, se les restringió la entrada totalmente, ya no hay visitas de padres a no ser que sean casos excepcionales y las mamás solo pueden venir el día que les corresponde”, narra la pediatra y neonatóloga, Carolina Jiménez, refiriéndose al pico y cédula que tuvieron que instaurar para las madres en esta época de contingencia. (Ver: Para saber más)
“Hasta el momento no se ha registrado ninguna mamá con covid-19 en el hospital. Y no hay reportes de que el virus pase a través de la placenta o de que haya contraindicaciones al tener un parto vaginal. Pero cuando eso empiece a pasar (que lleguen mamás portadoras) habrá que seguir protocolos de limpieza y desinfección y diseñar espacios cortos donde la madre y el bebé puedan compartir para que se haga el proceso de lactancia”, explica Jiménez mientras compara la situación de Colombia con la de otros países.
“Hay que tener en cuenta que en España e Italia, por ejemplo, las tasas de natalidad son mucho menores a las nuestras. Este es un país en el que nacen muchas personas cada mes y tenemos que empezar a prepararnos para eso”. Solo en el Hospital General de Medellín nace un promedio de 5.000 bebés por año y en Antioquia, según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística, Dane, en 2018, nacieron más de 74.000 bebés.
Teniendo en cuenta ese panorama, el establecimiento se propone continuar realizando pruebas a las mujeres que cumplan los criterios epidemiológicos necesarios y dividir el espacio en dos partes a nivel general: una, para las personas no contagiadas y otra para las que sí lo estén.
En casa
Desde su hogar en el municipio de La Ceja, al Oriente de Antioquia, Verónica Valencia espera que su bebé llegué, según lo estimado, el diez de abril.
Desde hace un mes, cuando empezaron sus vacaciones laborales, está en casa resguardándose para evitar el contagio. Hasta hace unos días sus tardes y noches eran de estrés y desasosiego, se imaginaba varios escenarios posibles para ella y su bebé en medio de la pandemia, “entonces dejé de ver noticias y de leer cosas en redes sociales. Puede sonar egoísta, pero fue lo mejor para mantener la calma”, cuenta. Espera tener a su hijo en la Clínica San Juan de Dios del municipio y aguantar un poco más en soledad mientras desaparece el peligro para Salvador, su esposo y ella.
“Paciencia”, repite igual que Édgar. “Mientras nace el bebé y mientras pasa todo, es lo único que nos queda y a lo que debemos apegarnos, si nos cuidamos bien para salir de todo esto”.