Algo positivo está pasando con el cine colombiano: hay una variedad y cantidad nunca antes vista. La semana pasada cinco películas estuvieron en cartelera, un fenómeno impensable en otra época. En los próximo días se estrenan siete cintas en espacios alternativos del país.
Desde 2014, la compañía productora y distribuidora Mutokino se ha enfocado en la promoción del cine nacional que generalmente no llega a los circuitos de distribución convencionales, sino a salas alternativas (por ahora en Bogotá, Cali y Medellín).
Al Museo de Arte Moderno llega Fórum, programa que exhibe durante dos semanas siete películas nuevas (ver recuadro), una oportunidad, según los organizadores, para reconciliarse con el cine que se produce en Colombia.
Surgimiento
Para el director y curador de la muestra, Felipe Guerrero (Oscuro animal), la intención es visibilizar películas que se quedan en el “cuello de botella” de la distribución y la exhibición. El término se emplea porque precisa uno problema del cine colombiano: la gente no va a ver y, por tanto, no es fácil encontrar quién las divulgue o las presente.
Aunque no sucede con todas. Guerrero indica que hay un tipo de cine mainstream (convencional) que se ve en directores como Ciro Guerra (Pájaros de verano, El abrazo de la serpiente), que tienen mejores posibilidades que otros que le apuestan a narrativas más difíciles (aunque innovadoras), un síntoma que no duda en calificar como saludable para el país, pero no atractivas para las salas comerciales. “Son bastante frágiles para sacarlas al mercado”, comenta.