La primera imagen que se conoció de Jared Leto como el Guasón, para la película Escuadrón Suicida a estrenarse en 2016, reafirma la versatilidad del actor estadounidense ganador del Premio Oscar y del Globo de Oro entre otros reconocimientos.
Recientemente Johnny Depp apareció muy distinto en el primer trailer de la cinta Black Mass, basada en la historia de Whitey Bulger, un conocido criminal del sur de Boston.
Esto hace parte de las exigencias del negocio, los actores deben estar dispuestos a transformarse por completo para moverse de un papel a otro con facilidad, así aseguran su éxito, continuidad y vigencia en el mundo del espectáculo.
Estas son algunas de las transformaciones más dramáticas y recordadas por el público:
Christian Bale, para interpretar a Trevor Reznik en la cinta El Maquinista perdió 28 kilos. Al año siguiente para Batman Begins, Bale tuvo que aumentar 44 kilos.
Tom Hardy, para el papel de Bane, el villano en la tercera entrega de Batman de Christopher Nolan, Hardy tuvo que ganar unos 25 kilos de músculo, 13 de ellos solo en la parte superior del cuerpo.
Jared Leto, para interpretar al asesino de John Lennon en la cinta Chapter 27, tuvo que subir cerca de 30 kilos de grasa, luego en la cinta Dallas Buyers Club, Leto perdió 13 kilos por debajo de su peso saludable.
Matthew McConaughey, también para el rodaje de Dallas Buyers Club (2013), perdió 17 kilos. Esa transformación le valió el Oscar a mejor actor en 2014.
Jake Gyllenhaal perdió casi nueve kilos para su papel en la cinta Nightcrawler, luego para la película Southpaw, Gyllenhaal debió someterse a un arduo entrenamiento llegando a hacer 2.000 abdominales diarios repartidos entre mañana y tarde.
Chris Pratt, para la película Los guardianes de la galaxia tuvo que ganar casi 30 kilos de masa muscular. El actor dejó de consumir cerveza por seis meses.