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En el Circo Colombia, los soldados cambiaron las armas por narices de payaso y pases de magia

Durante varios fines de semana un circo compuesto por soldados profesionales ha ofrecido shows gratuitos para niños y adultos en la cancha de un barrio de Copacabana.

  • Soldados profesionales del Ejército Nacional hacen parte de la nómina de artistas del Circo Colombia N 7, que por estos días está en Copacabana. FOTO Manuel Saldarriaga
    Soldados profesionales del Ejército Nacional hacen parte de la nómina de artistas del Circo Colombia N 7, que por estos días está en Copacabana. FOTO Manuel Saldarriaga
  • La carpa del Circo Colombia N 7 ha estado en diferentes municipios de Chocó, Córdoba y Antioquia. Luego de esta temporada, os soldados tendrán vacaciones. FOTO Manuel Saldarriaga
    La carpa del Circo Colombia N 7 ha estado en diferentes municipios de Chocó, Córdoba y Antioquia. Luego de esta temporada, os soldados tendrán vacaciones. FOTO Manuel Saldarriaga
  • Los soldados del Circo Colombia N 7 han recibido formación en las artes circenses. Además, las presentaciones constantes han pulido sus destrezas en el escenario. FOTO Manuel Saldarriaga
    Los soldados del Circo Colombia N 7 han recibido formación en las artes circenses. Además, las presentaciones constantes han pulido sus destrezas en el escenario. FOTO Manuel Saldarriaga
hace 9 horas
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En la cancha del barrio La María, en Copacabana, se alza la carpa azul con franjas amarillas del Circo Colombia Número 7. En las funciones de los viernes, sábados y domingos salen al escenario los acostumbrados números de un show circense, pero esta vez ejecutados por miembros activos del Ejército Nacional de Colombia. El circo ha estado aquí dos semanas y aún –al momento de publicación de esta nota– le queda un fin de semana en este municipio del Valle de Aburrá. Alrededor del país hay otros siete circos de este tipo, que llevan malabares, actos de magia y equilibrismo, a zonas que no suelen estar en las agendas de los circos privados. Ni en la de los grandes ni en la de los pequeños.

Lea también: Más de 30 países ha recorrido un circo nómada familiar

La reportería de esta nota se hizo en dos visitas. En la primera –el martes 10 de junio– hablamos con algunos de los soldados del contingente artístico, con el sargento viceprimero Juan Carlos Quintero, director del circo, y con Mariana Chacón Montoya, periodista del Batallón de Apoyo de Acción Integral y Desarrollo N°7. Luego, el viernes 13, fuimos al lugar para ver en el escenario las destrezas escénicas de los entrevistados. Según Mariana, los soldados que forman el casting de los circos del ejército fueron escogidos por sus inclinaciones por las artes, el canto, la música. Una vez fueron asignados al Comando de Acción Integral del Ejército pasaron por un proceso formativo. En el caso particular de los soldados de los circos, este incluye un trabajo en alianza con el Sena en los campos de Artes circenses (malabarismo, telas, trapecio), Manejo de alturas (para actos aéreos) y Performance y animación (payasos, mimos, presentadores).

En esta parte de la nota el lector podrá preguntarse ¿qué hacen soldados haciendo reír a la gente si se toma en cuenta la situación de seguridad de las regiones? Esta pregunta Mariana la resuelve echando mano de los objetivos y la historia del Comando de Apoyo. La fuerza no armada del ejército está compuesta por ocho batallones especializados y tiene el objetivo de prevenir el reclutamiento infantil, reducir las cifras de deserción escolar y fortalecer la confianza de la ciudadanía en la Fuerza Pública. ”Nuestros soldados no solo defienden la soberanía. También son artistas, educadores y constructores de confianza”, dijo la comunicadora en la visita del martes.

La carpa del Circo Colombia N 7 ha estado en diferentes municipios de Chocó, Córdoba y Antioquia. Luego de esta temporada, os soldados tendrán vacaciones. FOTO Manuel Saldarriaga
La carpa del Circo Colombia N 7 ha estado en diferentes municipios de Chocó, Córdoba y Antioquia. Luego de esta temporada, os soldados tendrán vacaciones. FOTO Manuel Saldarriaga

El sargento viceprimero Juan Carlos Quintero asumió la dirección del circo hace dos meses, pero su vínculo con el Ejército Nacional se remonta veinte años atrás, cuando se prendó de la vida castrense gracias a la serie Hombres de Honor, una producción televisiva que estuvo al aire entre 1995 y 2000. El sargento aclara que durante las interacciones con los niños los soldados ni él llevan puesto el uniforme militar a raíz de una disposición legal que se los impide. De tal forma, los soldados que aparecen en el espectáculo del viernes van vestidos con pantalón beige y camisa azul oscuro. Quintero, además, cuenta que cada presentación es preparada durante la semana. De tal forma que quien asista a las funciones en dos fines de semana verá presentaciones diferentes. Una constante del show sí es la lectura en público de las cartas que los niños de la zona les escriben a los soldados del circo.

El casting del Circo Colombia Número 7 lo conforman soldados de Antioquia, Chocó, Sucre, Nariño, Boyacá y Risaralda. Algunos tienen experiencia en el mundo del espectáculo. Ese es el caso del soldado profesional David Silva, que cumple la función del mago y equilibrista en el show. “Estoy en este circo hace como 6 años. Antes de entrar al Ejército, yo pertenecía a un circo familiar, pero ese ya hace mucho tiempo dejó de funcionar. Mi papá era mago y ahí aprendí todo esto”, dice Silva mientras se acomoda el traje de mago. Él es el primero en salir al escenario, luego del paso de los dragones humanos: soldados que llevan antorchas encendidas y les escupen gasolina para producir hongos de fuego. Durante la entrevista, Silva fue preciso en las palabras. Contó que lo suyo en la magia es la prestidigitación: hacer aparecer y desaparecer palomas, objetos. No se mete en los terrenos del hipnotismo. “Entre el circo familiar y este hay bastante similitud. Lo único es que acá, por ser institución, uno debe manejar mejor el vocabulario, los tipos de show...”, dice. Y tiene razones para saberlo: de una forma y otra, toda su vida la ha pasado en el mundo del circo.

Ya en el show, Silva hace equilibrio en una tabla puesta sobre un cilindro que, a su vez, estaba en una mesa. Mientras lo hace, un soldado le pasa, primero, unos conos para los malabares. En el primer intento se le cae uno, pero con la destreza del artista curtido en varios escenarios, no pierde la concentración, lo intenta de nuevo y esta vez lo hace. El público estalla en aplausos. Hay niños y adolescentes. Por disposiciones del ejército, cada menor de edad que esté en la función debe estar acompañado por un adulto que se haga responsable. Tras los malabares, Silva pasa su cuerpo por el agujero de un hula hoop, esto sin bajarse de la tabla sobre el cilindro. Apenas lo consigue, la gente le aplaude de nuevo. Se despide con la venia de los artistas.

Los soldados del Circo Colombia N 7 han recibido formación en las artes circenses. Además, las presentaciones constantes han pulido sus destrezas en el escenario. FOTO Manuel Saldarriaga
Los soldados del Circo Colombia N 7 han recibido formación en las artes circenses. Además, las presentaciones constantes han pulido sus destrezas en el escenario. FOTO Manuel Saldarriaga

El soldado profesional John Jairo Calle Ramírez tiene sobre sí la difícil tarea de hacer reír al público. Es el payaso principal de la función. Lleva doce años en el ejército y siempre lo atrajeron los reflectores de las tarimas. Antes de entrar a filas cantaba música popular en Risaralda, su departamento natal. “Primero estuve 5 años en los Geos de la Brigada 15 en Chocó. Allí hacíamos trabajo social en barrios con crispetas, inflables y actividades pequeñas. Luego me trasladaron al Batallón de Acción Integral N°7 en Medellín. Mis compañeros sabían que me gustaba el arte y me dijeron: Usted puede quedar en el circo”, dice Calle. Tras pasar a Acción Integral, se formó en los menesteres de la risa. Aprendió algunos trucos de payasos civiles y sigue con atención las rutinas de los clowns con más experiencia de las redes sociales.

Con siete años en el circo y a cinco de pensionarse, Calle cuenta la charla que tuvo con unos niños que le preguntaron por la diferencia entre él y los soldados que portan fusiles y patrullan por las montañas. “Hoy mismo unos niños me preguntaron por qué otros soldados tienen armas y nosotros no. Les expliqué: ‘Ellos son la seguridad, nosotros generamos confianza’. Mis armas son un labial, un lápiz y pintura blanca para robar sonrisas”, dice que les dijo.

Calle cuenta que el circo visita cerca de ocho municipios al año, y su logística no es menor: desarmar la carpa y empacar los equipos en camiones representa un desafío. La carpa tiene capacidad para seiscientas personas, pero en ocasiones el público supera ese número. “Les decimos: ‘haganse juntos para que todos entren’”. La asistencia es diversa: niños, jóvenes y adultos mayores. “Mientras otros compañeros cargan equipo bajo la lluvia, nosotros llevamos alegría. Pero igual trabajamos duro para que este circo siga funcionando”, dice.

La magia del circo está en romper las reglas de la vida diaria. Y eso precisamente pasa durante la función del viernes. Por ejemplo, los adultos le pierden el miedo a la invitación de los mimos a bailar en el escenario. Los niños sueltan carcajadas con las payasadas de los clowns. Algunas de las mujeres del público corean a todo pulmón los vallenatos que un soldado de la costa canta mientras sus compañeros, en el camerino, se preparan para el resto del espectáculo. Repito: la magia del circo está en traer al presente de los adultos la gracia de la infancia y de hacerla brillar en los niños. Eso pasa dentro de la carpa del Circo Colombia Número 7.

El circo permanecerá en Copacabana hasta el 22 de junio, con funciones los viernes, sábados y domingos (5:00 a 7:00 p.m.). Posteriormente, se trasladarán a otras zonas de Antioquia, Urabá o Chocó, según las solicitudes. “Es gratificante que un niño abrace a un soldado y le diga: ‘Gracias por traernos alegría’. Eso nos llega al alma”, dice el sargento viceprimero Juan Carlos Quintero.

El otro rostro del ejército nacional

El Ejército Nacional cuenta con una línea denominada Acción Integral, conformada por unidades no armadas dedicadas a labores sociales, educativas y culturales en distintas regiones. Esta fuerza realiza actividades como funciones de circo, presentaciones musicales, pintucaritas y globoflexia; además de brigadas de salud, mejoramientos de escuelas y apoyo a proyectos productivos a través de Fe en Colombia. Esta estructura fue formalizada hace siete años con la creación de ocho batallones bajo el Comando de Acción Integral y Desarrollo (CAAID), con sede en Bogotá. En Antioquia, Cordoba y Chocó, el Batallón de Acción Integral N° 7 opera 17 emisoras.

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