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Un gato que maúlla (y muy fuerte) en la madrugada, pisar heces de mascota cuando entra a su unidad residencial, un perro que ladra y no para de ladrar todo el día en el balcón. ¿Le suenan familiares estas conductas? Quizá las ha vivido en su hogar con sus vecinos, o a lo mejor es el dueño de ese perro que se escucha todo el día y no sabe qué hacer.
Vivir en comunidad implica entender que las mascotas hacen parte del hogar y, como dice Hernán Alfonso Álvarez López, director Ejecutivo de la Asociación de Propietarios, Arrendatarios y Administradores de Propiedad Horizontal de Colombia, Asurbe, es una realidad con la que no hay que pelear sino más bien ver en ello una oportunidad. “Mucha gente cuando se menciona la palabra mascota piensa en problemas, que la orina, la bulla, el aseo, etcétera. Se está pendiente en las unidades que pase algo de eso para sancionar, pero en nuestra opinión hace mucha falta trabajar el nivel de conciencia del propietario, ahí está la clave de todo”.
Álvarez ve oportunidad en el hecho que pueden generar integración, “y trabajar valores como el respeto, la inclusión, la oportunidad de ser sensibles y entender la situación de cada quien. Es mirarlo desde otra óptica”, dice.
Cada unidad residencial o edificio tiene un manual de convivencia en el que existe un capítulo dedicado a la tenencia responsable de mascotas con unas reglas a cumplir, explica Álvarez. “Si bien la norma es un referente de comportamiento, mientras que no se trabaje fuertemente con las personas, en cuanto a su responsabilidad, el problema seguirá siendo eterno”.
Buenas prácticas
Para Diana Julieth Franco García, de @MiVetClinicaVeterinaria, la convivencia con perros y gatos tiene pautas de sanidad, comportamiento y responsabilidad que debería seguir toda persona, y añade Natalia Mejía Restrepo, veterinaria holística y etóloga de @casabiaveterinarianatural, que hay que basarse en la empatía y el respeto.
Dice Mejía que convivir con mascotas genera aprendizajes para sus cuidadores, no solo con sus mascotas sino con las ajenas y también para los vecinos que no las tienen. “He tenido pacientes con los que estamos trabajando con collar y bozal algún tema de comportamiento y llega un perrito a exaltarlo o molestarlo y cuando uno le pide a ese cuidador que agarre a su mascota se enoja. Las personas deberían entender que no todos los perros son equilibrados ni sociables y muchos pueden tener problemas de agresividad y miedos a otros perros. Estas conductas pueden empeorar si llega otro que, aunque sea inofensivo, lo está alterando”.
Lo importante, dice Álvarez, es no esperar a que pasen las cosas para hacer lo correcto. Aquí están esas prácticas del buen vecino con mascota que se construyeron con los tres especialistas.
Ojo con las heces y el aseo en general
“Recoger los excrementos de las mascotas es muy importante porque no sabemos si son portadores de enfermedades como parásitos, bacterias y en algunos casos hasta virus”, dice la veterinaria Franco. En cuanto a los perros, “dejarlas en la grama implica que cuando se sequen, con el calor y el viento, se pulvericen y vuelen por ahí y si hay parasitos lo que hacemos es enfermar a las otras mascotas”, dice Mejía, quien agrega que con las de los gatos es muy importante botarlas, si están muy pesadas, con doble bolsa para que no se reviente la misma y cree un problema en el shut (o bájelas directamente a la zona de basuras, es mejor) . A su vez hay que sellar muy bien la bolsa y no dejarla por ahí. Ya en casa recomiendan las doctoras que todo esté siempre muy limpio para evitar malos olores y molestias a los vecinos.
Dejarlos solos, un gran inconveniente
No es normal que un perro se quede solo más de ocho horas, para la doctora Mejía lo máximo deberían ser seis. Dice Álvarez que si tiene un vecino de confianza porqué no pedirle que esté atento a su mascota si se va a ausentar mucho tiempo y si no lo tiene buscar qué hacer para no dejarlo solo. La doctora Franco detalla que ellos necesitan socializar, salir a gastar energías acumuladas y en el caso de los gatos no recomienda sacarlos, pero sí tener momentos de juegos y actividad física con ellos.
El ruido excesivo de perros y gatos
Que ladren o maúllen demasiado es un tema a consultar, las vocalizaciones excesivas -dice la doctora Mejía-, cuando por ejemplo se quedan solos, no siempre son ansiedad por separación y por eso tiene que diagnosticarse adecuadamente con un veterinario etólogo. “A veces puede ser aburrimiento, frustración, juego, miedo asociado, son muchas las razones y cada caso es diferente”. Si no se da cuenta de eso porque está afuera consulte con sus vecinos si hay mucho ruido cuando usted se va de la casa y los deja solos y luego consulte con un especialista qué hacer.
Sacar a los perros siempre con correa
Es una costumbre que deberían tener todos los cuidadores de mascotas. “Si andan sueltos corren el riesgo de que en algún momento, en el que no estemos pendientes, o se asusten con cualquier sonido de la calle o se alteren y pueden salirse de la unidad, pasar la calle y ser atropellados”, dice Franco.
Además, el código de Policía menciona: “En las zonas comunes de propiedades horizontales o conjuntos residenciales, los ejemplares caninos deberán ir sujetos por medio de traílla y, en el caso de los caninos potencialmente peligrosos, además irán provistos de bozal y el correspondiente permiso, de conformidad con la ley”.