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Si hubiera una especie de Liga de la Justicia de la música de cámara, probablemente sería esta. Representa un nombre que se ubica en lo más alto de los escenarios musicales a nivel mundial, el del famoso Lincoln Center de Nueva York.
Presentarse en ese recinto bien puede ser uno de los logros más importantes para cualquier artista. La Sinfónica de Londres dará un concierto allí en mayo de 2020, es la casa de la Filarmónica de Nueva York, la Metropolitan Opera y el Ballet de Nueva York. Además de ser solo un gran escenario con una oferta exquisita, se ha enfocado también en ser una apuesta por la educación artística en la Gran Manzana, logrando una reputación internacional.
Hace cincuenta años, el 11 de septiembre de 1969, el pianista Charles Wadsworth empezó a dirigir un programa dedicado a la promoción y divulgación de la música de cámara, The Chamber Music Society of Lincoln Center.
Un cuarteto conformado por miembros de este programa, entre ellos la pianista Wu Han de Taiwán, coordinadora artística del programa, y el violista Paul Neubauer, dos veces nominado al Grammy, estará presentándose este jueves en el Teatro Metropolitano a las 8:00 p.m. con un programa conformado por piezas de Beethoven, Suk y Fauré.
Al Chamber Music Society (Cms) lo componen más de 130 artistas de 60 nacionalidades. Todos de un altísimo nivel, tanto que pareciera como si, frente a su instrumento, cada uno tuviera un superpoder.
Sobre el escenario
Entre titanes la “pelea” es dura, así para la audiencia ese duelo pacífico entre los instrumentos sea prácticamente imperceptible.
“En el escenario estás con los mejores y todos se empujan para que los demás lo hagan aún mejor”, confiesa Wu Han. “Si quiero que el violinista haga un crescendo, lo puedo empujar hacia allá o si alguien decide tocar suave, nos impulsa a todos a seguir la dinámica”.
Para ellos es algo espontáneo y hasta divertido, “es un proceso de creación de música de una manera más sutil. Todos pueden hacer cosas, es como magia”. También lo describe como un partido de Wimbledon, un enorme desafío entre un par de los mejores tenistas.
“El origen del repertorio va muy cerca a las emociones, es un género muy apasionado”, cuenta la pianista, quien vive fascinada por esta faceta. “Fue compuesto, muchas veces, para ocasiones especiales. Se tocaba en espacios pequeños, las piezas eran regalos de boda, homenajes o cartas de amor a una novia. Revela pasiones o pensamientos privados”.
En este concierto habrá presencia de la música de cámara de Francia, República Checa y Alemania, incluyendo la Sonata en La mayor para violín y piano, Op. 47, Kreutzer, que, en opinión de Han, es una de las mejores y probablemente la más difícil de las escritas por Beethoven.
El grupo se presentó en el Teatro Julio Mario Santodomingo este fin de semana. Han estará viajando a China y Taiwán pronto, la Chamber Music Society pasará por el Wigmore Hall de Londres y seguirá trabajando por divulgar este tipo de música y haciéndola emocionante para quienes se topan con ella.