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Vivir de la música no era el proyecto que Don Tetto tenía en mente cuando sus cuatro integrantes empezaron a crear canciones en el colegio. Casi sin darse cuenta, ya han pasado 16 años y Diego Pulecio, Carlos Leongómez, Jaime Valderrama y Jaime Medina continúan componiendo.
Durante casi cinco años estuvieron fuera de los escenarios y no sacaron música nueva, pero no dejaron de construir un sonido que fuera exclusivo para el público.
Por eso este año el grupo publicó su cuarto álbum de estudio: Barco de Papel. Este EP (formato musical de reproducción extendida) de seis canciones es el primero de tres lanzamientos que el grupo publicará entre el segundo semestre del año y 2020.
Se trata de una apuesta musical que se dirige hacia un lado mucho más potente, un rock que se disfruta más en vivo. Temas como Trágico y Romántico y Te esperaré hacen parte de esta entrega.
Este sábado, Medellín tendrá la oportunidad de escuchar algunas canciones del nuevo material en el Teatro Pablo Tobón Uribe a las 5:00 de la tarde. Asuntos Pendientes y No Señal se presentarán como invitados especiales.
Trabajo en equipo
El proceso de construcción del nuevo trabajo fue largo, se cocinó en los cinco años de pausa. El propósito era uno solo, hacer rock en español al estilo de Don Tetto, es decir “que tenga fuerza”, como dice el baterista Jaime Medina.
Buscaban replantear cómo se escuchaban y no pretendían repetir lo que ya sonaba en emisoras o internet. Todo había que lograrlo sin perder la identidad.
Por eso decidieron separarse de la disquera con la que venían trabajando y continuar a su ritmo. “En la mayoría de ocasiones hemos sido nuestro propio productor”, cuenta el guitarrista Carlos Leongómez hablando sobre esa búsqueda de independencia. Daniel Cadena fue como una quinta cabeza en la producción en esta oportunidad.
“Queremos dar a conocer un mensaje de autenticidad. Nos gustaría que quienes escuchan nuestra música entiendan que somos una agrupación que ha trabajado por encontrar un sonido único”, añade.
Para lograr ese rasgo característico, las letras fueron narrando lo que vivieron los cuatro durante esa pausa. Les alegra mirarse y ver que siguen siendo los mismos amigos que empezaron a tocar en 2003, la alineación no ha cambiado.
Pero el valor de cada canción, para ellos, tampoco está en las historias propias. Leongómez expresa que el significado de cada palabra es más trascendental cuando las personas le encuentran uno suyo, que les cabe en su vida.
Ese es el mensaje que quieren llevar a bordo de su Barco de Papel, que sus fanáticos pueden seguirse conectando a esas letras, tal como lo hicieron en su adolescencia.
Don Tetto ahora más maduro, está más convencido que nunca de que para eso fue que la música se transformó en su nave. En una que hoy estrena disco.