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ilustración pedida a Elena

La aparición de jóvenes cantantes como Jessi Uribe o Yeison Jiménez le dieron impulso al género.

  • ilustración Elena ospina
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ilustración pedida a Elena
25 de marzo de 2019
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Hasta hace unos cinco años a la hora de hablar de música popular en Colombia había que citar a los referentes de siempre: Darío Gómez, Charrito Negro, Luis Alberto Posada, Galy Galiano o Jhonny Rivera.

Hoy, la situación es diferente, pues a estos iconos se suma una gran cantidad de jóvenes que le han dado una nueva dinámica a este género musical, tan arraigado en el país, herencia de la cultura mexicana.

El primero que rompió ese círculo fue Pipe Bueno, que no solo cambió la estética del movimiento con sus pintas y videos, sino que acercó a los jóvenes a este concepto.

Tras el camino abierto por Pipe se sumaron nombres como Jessi Uribe, Yeison Jiménez, Alzate, Paola Jara, John Alex Castaño o Francy que han convertido la música popular en todo un fenómeno comercial.

Felipe Agudelo, manager del grupo Pasabordo y que trabaja con el equipo de Pipe Bueno, anota que esta generación aprovechó el bajón que tuvo el llamado vallenato romanticón (el de Los Gigantes, Los Diablitos, Los Inquietos y el mismo Binomio de Oro), para cautivar a ese público. “Las emisoras de vallenato, ante la ausencia de nuevos temas, recurrieron a los artistas populares para sus programas y ese fue un gran impulso”, anota Agudelo.

De lo urbano a lo popular

El fenómeno que hoy está viviendo la música popular en Colombia con la aparición de jóvenes intérpretes y su repercusión, es similar al que ocurrió hace más de diez años con el reguetón.

Pipe Bueno dice que, después del género urbano, los artistas de música popular son los más exitosos del mercado nacional. “Solo nos falta llegar a los premios internacionales y competir de frente con los artistas mexicanos en las categorías de música regional”, afirma Pipe, el único colombiano de música popular que ha sido nominado a los Grammy, en 2009.

Una ventaja que el movimiento tiene frente al reguetón, comenta Felipe Agudelo, es que no surgió de un momento a otro, sino que hace parte de la cultura colombiana que viene de generación en generación, por eso es más masivo. Les llega a viejos y jóvenes por igual, lo que no sucede con lo urbano.

La intérprete Paola Jara dice que pese a que esta corriente está muy influenciada por México, como la ranchera, acá fue adaptada con nuestros instrumentos y se ha logrado un sonido propio, sin perder las raíces.

Tanto Agudelo como Bueno coinciden en señalar que este mismo fenómeno se está viviendo en México, con figuras como Christian Nodal y Alex Fernández (el hijo de Alejandro Fernández) que le están devolviendo a la ranchera el estatus que había perdido. “El mundo es de tendencias y este fenómeno de la música regional de México se está expandiendo por diferentes países, está cautivando a nuevos estratos sociales”, puntualiza el manager del grupo Pasabordo.

La música popular en Colombia dejó de ser un tema de generaciones o de estratos sociales, hoy atrapa y contagia a todos por igual.

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