El zaguero Juan David Cabal ya fue presentado en el Hellas Verona de Italia y deja un vacío importante en Atlético Nacional, porque Emanuel Olivera queda huérfano de compañero de zaga. Fue junto a él que el argentino mostró su mejor rendimiento.
Sin embargo, esta es la gran oportunidad para Cristian Castro Devenish que, a sus 21 años, ya suma 29 partidos con el club antioqueño, pero también tiene experiencia en el exterior, un partido con el Vizela de Portugal, y 27 más con el Boavista de ese mismo país.
“Cada oportunidad hay que aprovecharla, se me brindó esa opción de estar en Portugal muy joven. Era un fútbol diferente, muy exigente, con mayor continuidad de juego”, manifestó el zaguero.
Su historia con Nacional comenzó muy joven cuando llegó a la categoría sub-17, que precisamente dirigía el técnico Hernán Darío Herrera, pero por sus condiciones y talla pasó rápidamente a la sub-20 de Alejandro Restrepo.
Es barranquillero y su llegada al verde se dio después de que lo vieran en una filial del América, donde se destacó en un torneo juvenil. Su apellido, Devenish, causa curiosidad, pero él mismo explica que fue por parte de su abuelo, quien era de Trinidad y Tobago, pero por esas cuestiones de la vida llegó a Colombia. “Él trabajaba como mecánico en barcos y viajaba mucho. Llegó a Colombia, conoció a mi abuela y ahí empezó mi familia”, contó Castro.
Sabe que en un equipo como Nacional la crítica siempre estará, para bien o mal, pero trabaja arduamente para destacarse. “Tengo mucho amor por la camiseta, porque me lo ha brindado todo. El día que debuté llegué a mi casa y lo primero que hice fue llamar a mi mamá y lloré, porque a pesar de que mi abuelo era de Trinidad y Tobago, era hincha de Nacional. Él siempre quiso que vistiera la camiseta del verde. Ahora estoy cumpliendo mi sueño y el suyo”.
El haber pasado por las divisiones menores del club hace que Castro tenga un gran sentido de pertenencia. “Los que venimos de abajo sabemos que en cualquier momento nos puede llegar la oportunidad y hay que aprovecharla. Es una institución demasiado grande”.
Recuerda que recién llegado a las bases del club tuvo una lesión. “Se me vinieron a la mente muchas cosas, si seguir o no, pensé que se acababa mi carrera sin ni siquiera haber comenzado, pero mi padre y mi abuelo, desde el cielo, me ayudaron a recuperarme y a volver pronto”.
Es consciente de que hace parte de una de las líneas más criticadas este semestre: la defensa, pero pretende cambiar esas críticas por aplausos. “Quiero estar en muchos cuadros de campeón de Nacional. Lo anhelo a diario, sería muy lindo la verdad”.
De esa manera, pretende seguir los pasos de su ídolo Alexis Henríquez. “Me gustaba su tranquilidad para jugar, para saber en qué momento tomaba las decisiones. Veo muchos partidos de él para aprender cosas que hacía en la cancha”.
Así, se espera que Castro desarrolle su máximo potencial para adueñarse, sin excusas, de la vacante que dejó Cabal.
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p.m., el sábado ante Bucaramanga, otra oportunidad para Cristian Castro en la Liga.