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La oficialización de Jhon Duque este lunes como jugador de Atlético Nacional despertó una ola de críticas entre los hinchas de Millonarios, quienes consideraron de “traición” su contratación debido a la rivalidad entre ambas encuadras.
Tras salir como ídolo del cuadro capitalino, un sector de la hinchada embajadora esperaba su regreso tras el paso por el fútbol de México y luego de verlo, en periodo de vacaciones, alentando al club azul en El Campín, pero al parecer no hubo una oferta formal en el elenco bogotano para que el centrocampista regresara.
Duque, de 29 años, se convierte en el segundo refuerzo del conjunto antioqueña para la venidera temporada, en la que busca frenar la sequía de títulos de Liga que mantiene desde 2017 y ser de nuevo protagonista en la Copa Libertadores. La primera incorporación que se conoció en el equipo verde fue la de Alexánder Mejía, referente del club y que viene procedente de Santa Fe.
“El Ingeniero”, como se le conoce a Duque por ser Ingenierío Industrial de la Universidad de los Andes, viene de actuar en el San Luis mexicano, donde no logró mostrar su potencial. Solo jugó 15 partidos y su actual nivel causa expectativa.
El entrenador Néstor Otero, quien le dio a Duque la oportunidad de debutar en el profesionalismo en 2014 con La Equidad, dice que “Nacional encuentra en este deportista un líder” en la mitad.
“Jhon es un deportista polifuncional, ninguna posición del medio campo le queda grande. Es demasiado inteligente, no solo sabe recuperar el balón sino también atacar. Es claro para entender y resolver el juego”, apunta Otero al señalar que al bogotano, de 68 kilos de peso y 1,74 m de estatura, siempre le gusta estar físicamente bien preparado.
El estratega señala que Jhon es un hombre que sabe tomar buenas decisiones gracias a la experiencia que acumula, y que las críticas antes lo desafían para ser cada vez mejor en lo que hace.
“Pienso que será un aporte importante para el equipo de Antioquia. Jhon es un hombre maduro, centrado. Lo que observo de él es que ha evolucionado como jugador y persona. Emocionalmente es muy estable, entonces pienso que el ser de Bogotá, de donde salió como ídolo, no lo va afectar por jugar en Nacional. Es demasiado profesional, tiene claras sus metas”, agregó Otero