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Vencer a Once Caldas esta noche significa para Nacional un nuevo aire y un cupo a Copa Libertadores.

  • Nacional entrenó ayer ante 1.500 hinchas en el Atanasio. Hay alegría en el grupo. FOTO jaime pérez
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01 de noviembre de 2018
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Hace casi 42 años, Nacional dio una vuelta olímpica en el estadio Palogrande de Manizales ante Once Caldas y consiguió así su tercera estrella.

Fue en el hexagonal final de aquella temporada (1976), convirtiéndose en el referente más cercano de una definición entre ambos por un título, aunque aquella vez Caldas ya no estaba en la lucha por Liga.

Esta noche será la primera vez que ambos elencos se encuentren en la disputa de un trofeo de por medio.

Tras el empate 2-2 en el partido de ida, el miércoles pasado, la Copa Águila llega a su juego definitivo con la serie en tablas por cuarta ocasión.

Dato curioso y alentador para la afición verde: en dos de las tres veces que hubo paridad en el compromiso de ida, Nacional terminó alzando el título. Fue en 2012 ante Pasto (0-0 y 2-0) y 2013 ante Millonarios (2-2 y 1-0).

Pero el visitante también tiene sus incentivos. Para no ir muy lejos están los dos partidos ante Nacional en Manizales que saldó con el mencionado empate y una victoria contudente 2-0 por Liga que, pese a tener al frente a la nómina suplente del elenco paisa, demostró la solidez y acumulación de trabajo de la mano del técnico cartagenero Hubert Boderth.

“Teníamos que sumar los tres puntos en Liga ante ellos y lo conseguimos, ahora viene la final, sabemos que es un ambiente diferente, se va a vivir con otra tensión y a otro ritmo, vamos a salir con todo, esperemos poder conseguir el título”, manifiesta al respecto el atacante David Lemos.

Y claro que va a haber tensión en el Atanasio Girardot. Es algo inevitable después de ver cómo se esfumaron dos títulos en menos de seis meses.

Es un incómodo recuerdo del cual los jugadores prefirieron, durante la semana, extraer lo positivo de esas derrotas y olvidarse de que sobre ellos se cierne, esta noche, el riesgo de quedar en la historia del club con un antirécord que sería difícil de superar: tres finales perdidas en casa en menos de nueve meses.

“Yo veo en los muchachos que les tocó vivir ese momento duro mucha tranquilidad y ganas de revertir la situación. Estoy seguro que cada uno de ellos hizo su proceso individual de aprendizaje y evitaremos cometer errores para merecer el título”, asegura el lateral Déiver Machado.

Para el cuadro verde el de esta noche sería el cuarto título de Copa Águila y ampliar de esta forma el récord que tiene como máximo ganador del certamen.

Para Once Caldas está la ilusión de lograr su primer trofeo copero. Hace 10 años, cuando se inauguró el certamen fue subcampeón ante La Equidad. El equipo manizaleño tiene una sequía de ocho años sin gritar campeón.

Con la propuesta de ambos equipo será, sin dudas, una noche de buen fútbol.

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