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A pocos días de volver a competir,
Brayan Sánchez utiliza la virtualidad para saber cómo llega a las pruebas presenciales.
Entre el trajín de los entrenamientos en carretera y sus clases virtuales, Brayan Sánchez siempre tiene un espacio para el simulador.
“Es cuestión de sacar los espacios para hacer cada cosa”, expresa el corredor del Team Medellín dejando claro la importancia de la disciplina en su vida.
Ese rato que dedica al rodillo es el que temporalmente lo tiene activo en la competencia pues aún el calendario de eventos de su equipo no ha comenzado por lo que las carreras virtuales, en las que se mide con varios rivales del pelotón nacional, han sido la oportunidad de evaluar cómo están sus condiciones.
En esa búsqueda de una opción que se acomodara a sus tiempos se topó con los Miércoles de Clásico EL COLOMBIANO en los que ha podido rodar en trazados de todo el mundo, pero también en rutas habituales que recorre en la presencialidad como el ascenso a Las Palmas o el Reto Peajes, este último que disputó hace dos semanas y en el que ocupó el tercer lugar detrás de Juan Pablo Suárez y Álex Gil, corredores del EPM-Scott, primero y segundo respectivamente.
“Son rutas que uno está acostumbrado a hacer porque por ahí es por donde uno entrena. En el caso del Reto Peajes yo la había hecho tres días antes entonces la estudié muy bien, la memoricé y ya en el momento de correr estuve mejor preparado”, explica el ciclista de 25 años.
Sánchez agrega que estas pruebas en el formato de realidad aumentada “son muy cercanas a la realidad” por eso el desempeño mostrado en ellas es un indicador a tener en cuenta de cara al regreso a competencias que para el Team Medellín será a mediados de septiembre en carreteras de Europa.
Mientras eso pasa, Brayan sigue combinando sus clases de gastronomía, las cuales retomó gracias a una beca deportiva, con sus entrenamientos, para lo cual tuvo que mudarse a El Carmen de Viboral, donde no se están realizando cuarentenas estrictas que puedan afectar su plan de trabajo.
No obstante, no deja de usar el simulador y acudir a las carreras del Clásico que como en la presencialidad, ya se convirtieron en una cita obligada.
“Es muy importante para mi familia y para mi, lo corro desde pequeño cuando mi papá me llevaba con mi hermana y esta es una forma de no perder esa tradición que se creó en la casa”, señala.