Así como escalar los grandes puertos en Europa es un gran reto para Nairo Quintana, así se le han convertido estos días de aislamiento en casa.
No por tener que pasar tanto tiempo en el hogar con su familia, sino por verse obligado a entrenar todos los días sobre un rodillo.
El boyacense participó ayer en un en vivo de Instagram con la Federación Colombiana de Ciclismo, en el que contó el poco cariño que le tiene a este elemento que, en medio de la emergencia, es la única alternativa que los pedalistas tienen para mantenerse en buena forma física.
“A mí me cuesta montarme en esto, es muy difícil, no tenía el hábito, nunca había hecho más de una hora”, reveló el corredor del Arkéa, que ahora entrena en su hogar.
Tampoco se declaró partidario de las carreras virtuales, pues prefiere estar en carretera preparando sus próximas competencias.
El Tour de Francia, en el que anhela hacer realidad el sueño amarillo, es una de ellas. “Fue bueno correrlo unos meses, porque cancelarlo sería muy riesgoso para los equipos, muchos se podrían acabar y eso resultaría catastrófico. Aunque sea tarde, sin público, o como sea, se debe hacer porque garantiza la continuidad del ciclismo”..