El tapete verde natural que decoró el estadio Alberto Grisales de Rionegro entre 1989 y 2010 volverá, aunque ahora será de mejor calidad.
En unos 45 días el escenario de este municipio del Oriente dispondrá de una grama Kikuyo que soportará la máxima competencia y protegerá más a los jugadores. El campo sintético que se instaló en 2010, debido a los Juegos Suramericanos, pasará a escenarios secundarios.
El cambio corre por cuenta, según Ferney Cardona (gerente del Imer Rionegro) de la dirigencia del equipo Águilas Doradas que consiguió un comodato de un año más en el estadio para jugar allí la Liga y Copa Águila que serán sorteadas el próximo 21 de enero.
“Ellos vienen levantando la gramilla sintética para trasladarla, posiblemente a la cancha auxiliar u otros lugares en los que la podamos acomodar para beneficio de la comunidad. Gracias a esta mejora, las medidas del gramado del Alberto Grisales quedarán de 110 metros de largo por 72 de ancho, para que nuestro equipo aproveche la localía”, resaltó Ferney Cardona.
Paola Salazar, presidenta de Águilas, comentó que la inversión inicial será de 1.000 millones de pesos y que los trabajos vienen cumpliéndose según el cronograma para que el equipo no tenga que aplazar muchos partidos de local.
“El personal está laborando en dos turnos para cumplir y estamos definiendo con el agrónomo Juan Sánchez los detalles de la grama que se va a sembrar para que el estadio tenga una de las mejores y nuestros deportistas puedan rendir lo esperado”, anotó.
De no tener inconvenientes, el Alberto Grisales estará disponible a finales de febrero, mes en el que podrá chicanear con su nueva pinta cuando sea visitado por los principales equipos de fútbol país.