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Quibdó, cuna mágica de talentos para el deporte

En la capital de Chocó el baloncestista Juan Diego Tello se las ingenia para buscar prospectos en esta disciplina.

  • En Chocó, cualquier espacio se utiliza para practicar deporte. Esta región le ha dado campeones al país. FOTO Jaime Pérez
    En Chocó, cualquier espacio se utiliza para practicar deporte. Esta región le ha dado campeones al país. FOTO Jaime Pérez
12 de agosto de 2022
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deportistas participarán este sábado en el evento que lidera Juan Diego Tello.
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Desde que el avión está cerca de aterrizar en el aeropuerto El Caraño de Quibdó, alguien que viene de la zona Andina del país se da cuenta de que está a punto de llegar a una realidad completamente diferente a la que convive en la cotidianidad.

Si mira detenidamente por la ventana se encontrará con la espesa selva, que parece no tener fin, y que rodea a la capital del Chocó.

Los habitantes de la ciudad son alegres y amables. Aunque en silencio, en el baúl de los secretos, guardan la desazón que les produce el abandono estatal que condujo a que una de las zonas más ricas en biodiversidad, minerales del país y talento deportivo sea hoy una de las que tiene mayores niveles de pobreza, y que ha llevado a que muchas personas se rebusquen la vida con trabajos informales.

Al rebusque

En el centro de la ciudad, sobre la carrera cuarta, una zona comercial en la que hay hoteles, supermercados, remates de ropa, restaurantes, vendedores de mango de azúcar, papas fritas y zapote, también se sienta una mujer de avanzada edad, al lado de la sede del Banco de Bogotá, a vender pescado en la calle. Algunos los pone en un par de cocas plásticas, mientras que otros los ubica en ollas grandes.

Cuando llegan los clientes, con sus manos mágicas los pone en una vieja tabla de madera y los tasajea con tranquilidad. Tiene tanta práctica que lo hace sin mirar y sin preocupación de cortarse los dedos.

Luego los echa en bolsas, los entrega, recibe el dinero y repite el proceso una y otra vez. Los compradores se van para sus casas a preparar el almuerzo. Este alimento ha nutrido a destacados atletas como Lewis Asprilla, Felipa Palacios, Clara Córdoba, Jennifer Padilla y Gilmar Mayo.

Este último tiene el récord nacional y suramericano de salto alto desde 1994. Lo consiguió en Pereira, cuando pasó la vara que estaba ubicada a 2,33 metros de altura. Mayo mide 1,90 y tiene 52 años.

En los últimos años se había dedicado a trabajar como cazatalentos para el atletismo en Quibdó. Sin embargo, desde hace cuatro meses no tiene una labor fija por lo que al igual que cientos de habitantes hace trabajos informales que le permitan comer.

Gilmar reúne grupos de personas y los lleva como turistas a Medellín. Los deja en la capital antioqueña y se regresa a Quibdó, una ciudad gris y pequeña, en la que prácticamente todos los días llueve, con casas de techos viejos de zinc y fachadas descoloridas.

La última vez que Gilmar viajó de Chocó a Medellín fue este viernes al mediodía, cuando el sol golpeaba con fuerza el asfalto, mientras que los motociclistas andaban desesperados, pitando y con parrilleros de sombrilla abierta. Todo esto pasaba mientras los jóvenes estudiantes recibían clases en escuelas que necesitan intervención para no caerse.

Con gran talento

La mayoría de las escuelas son grandes y su arquitectura emula viejas construcciones del siglo XIX, con columnas exuberantes y coloridas que se asemejan a la fachada de un castillo o de una vieja estación de tren. Los chicos salen a clases de educación física en canchas que se ven desde las carreteras. Ahí juegan fútbol y baloncesto.

Casi todos son más altos que personas de su misma edad en otras zonas del país. Por sus características físicas son delgados y veloces. Algunos quieren jugar fútbol, otros practicar atletismo y baloncesto. Unos cuantos juegan para distraerse, mientras que otros lo ven como algo que les ayudará a sacar a sus familias adelante.

Talento hay de sobra en el Chocó. Tienen el biotipo para ser exitosos en muchas deportes, pero en particular en atletismo y baloncesto.

En este último, algún joven chocoano tendría la posibilidad de llegar a la NBA, porque como le dijo el seleccionador nacional Tomás Díaz en una entrevista con este diario en mayo de 2020, para lograrlo se necesitan “condiciones físico atléticas que se salgan de los parámetros. Y eso sucede con los jóvenes altos de los colegios quibdoseños”.

Esto lo tiene claro el basquetbolista antioqueño Juan Diego Tello, de 37 años, quien juega como pívot en el equipo Movistar Estudiantes de la Liga Endesa de España y en la Selección Colombia.

Por eso realizará este sábado el Campamento de Baloncesto de la Fundación Encesta tus Sueños, en el coliseo del Barrio El Jardín de Quibdó, para buscar y potenciar a los prospectos de esta zona del país, y de esta manera ratificar las palabras que el narrador de la NBA, Álvaro Martín, le dijo a EL COLOMBIANO, en mayo de 2020: “Chocó está lleno de NBA’s”.

Esos deportistas están en todas partes: en los jóvenes que bailan por las tardes en los semáforos de Quibdó para ganar un poco de dinero. En aquellos que trabajan en el malecón del río Atrato, al frente de la Catedral de San Francisco, que también es gris como el resto de la ciudad, ayudando a cargar las balsas que transitan por las aguas, y si Tello logra encontrarlos y los ayuda a formar, tal vez podrán llegar a ser profesionales y ayudar a sus seres queridos.

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