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Parece que para Carolina Ardila es un pecado ser la hija del dueño de Nacional, Antonio José, porque muchos la señalan como la persona que toma las decisiones importantes del club. Ella lo niega y, aunque manifiesta que sí está vinculada al fútbol, no es con el elenco verde sino con su empresa de representación de jugadores: Élite.
“Trabajo día a día para ayudarles a salir adelante a los jugadores y mi tiempo es mejor aprovechado así. Nos enfocamos en jóvenes para que piensen en que, antes de tener un carro último modelo, es mejor invertir en una casa para ellos y sus familias”.
Los futbolistas que son representados por Élite en el equipo profesional actual de Nacional son cuatro: Andrés Reyes, Brayan Rovira, Sebastián Gómez y Hayen Palacios. Este último había ido al Tolima pero regresó a recuperarse de una lesión.
“No solo tenemos en Nacional sino en varios equipos”, como Nicolás Hernández y Kevin Mier (Santa Fe), entre otros.
Así llegó al fútbol
¿Cómo la hija del mandamás de la escuadra verde terminó vinculada en un medio que ha sido tradicionalmente manejado por hombres?
Ella trabajaba de banquera en una firma de inversiones en Nueva York, y dice que allí también era un área en la que la mayoría eran hombres, por lo que está acostumbrada a moverse como pez en el agua en el ambiente masculino.
Dice que no vino a Colombia porque su papá sea el dueño de Nacional, sino que lo hizo por querer desarrollar una labor social, sin dejar de lado que la representación es un negocio que debe ser rentable.
“A mi no me gusta dar entrevistas, ni figurar. Cuando lo hice en el VAR de Caracol (el 28 de mayo) me pareció que era el momento de hablar y aclarar muchas cosas, pero lo más importante de lo que hago es ver que los jugadores salgan adelante con sus familias”.
Dice que si uno de los deportistas logra superarse, con educación y crecimiento personal, es la muestra de que está haciendo las cosas bien y no tiene porqué salir a los medios a jactarse de esa situación.
“La gente cree lo que quiere creer y así uno salga a decir cosas, finalmente cada quién se hace su propia imagen, por eso yo estoy muy tranquila”.
Educar al jugador
Entre las funciones primordiales de su empresa Élite está también la educación de quienes asisten, en la que les insiste día a día porque cuando van al exterior deben estar preparados, por eso tiene perfiles de jugadores que se pueden adaptar más fácil a una u otra liga a nivel internacional.
Jorge Mendes, el representante más afamado del mundo, es su amigo y fue uno de los que la impulsó a meterse en el mundo de la representación de futbolistas. “Al principio me ayudó, pero ahora tengo mis propios contactos”.
No le tiene miedo a la competencia y, por el contrario, le gustaría que más personas crearan empresas como Élite en Colombia, y que así se evite la explotación que hacen hoy en día algunos “mal llamados representantes”.
“Aprendí que en este mundo hay de todo y por eso únicamente hago negocios con los presidentes de clubes para evitar que hayan estafas o malos entendidos de por medio”.
En su empresa trabajan Romario Castrillón, jefe de comunicaciones; Lina Roche, sicóloga, y Víctor Girón, como scout de jugadores.
Reconoce en el trabajo sicológico una de las fortalezas de su compañía. “Hay futbolistas de escasos recursos, que vienen de un pasado difícil y hay que hacer un trabajo mental con ellos para que se llenen de confianza y tengan claro que el fútbol no es una profesión para siempre, que deben invertir, y que lo primero siempre debe ser una vivienda para ellos y sus familias”.
Y agrega que “en eso me ayuda mucho la parte bancaria en la que trabajaba porque los asesoro en saber dónde y cómo hacer préstamos. Hay futbolistas que creían, por ejemplo, que el único que les podía prestar dinero era el banco en el que tenían su cuenta”.
¿Presidenta de Nacional?
Carolina muestra gran visión empresarial y, como hija de Antonio José, podría aspirar tranquilamente a ser la presidenta de Nacional, está en su derecho de defender el patrimonio familiar. Sin embargo, indica que, por ahora no le ha picado ese bicho y que puede colaborar con el equipo desde otros frentes.
“Mi papá tiene su equipo, que es Nacional y yo tengo mi proyecto, que es Élite”, dice de manera enfática.
Esta mujer emprendedora mira a Nacional igual que a todas las escuadras en las que puede ubicar a sus jugadores, seguramente algunos tendrán más éxito que otros, como sucedió en el caso de Jorman Campuzano, que tras un excelente año con el club antioqueño dio el salto al fútbol argentino y hoy está en Boca Juniors.
Su labor social no solo se limita a los jugadores que hacen parte de Élite, sino que también se vincula con varias fundaciones.
Ella seguirá trabajando con el objetivo de mejorar la vida de los jugadores colombianos que se acerquen a Élite y lo hará sin estar en los reflectores, no le interesa la fama ni ser el centro de atención n