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Nacional evitó la debacle y ganó tiempo

El cuadro verde coqueteó con el desastre ante Junior, reaccionó, pero no tiene más margen de error.

  • Nacional completó tres partidos sin vencer a Junior en el Atanasio. Venía de dos derrotas consecutivas. FOTO juan a. sánchez
    Nacional completó tres partidos sin vencer a Junior en el Atanasio. Venía de dos derrotas consecutivas. FOTO juan a. sánchez
17 de noviembre de 2019
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Estadio colmado, buena dinámica del equipo, una disposición ofensiva, un remate de Daniel Bocanegra que pudo terminar en uno de los mejores goles del año. Todo iba en sintonía. Sin embargo, los errores le volvieron a cobrar excesiva factura a Nacional.

En el gol de Marlon Piedrahíta para poner en ventaja parcial a Junior (19’), quedó expuesta la inexperiencia de Juan David Cabal y Cristian Blanco, ante el preciso toque juniorista y la sagacidad de Piedrahíta propia de su veteranía para sacarle el máximo provecho a ese ingreso al área.

Antes y después, Nacional fue superior al elenco barranquillero. El equipo mantuvo la ambición y la hinchada reaccionó bien a la adversidad, diferente a partidos anteriores en los que, incluso estando en ventaja, descendían murmullos inquietantes de la tribuna.

Esta vez el cántico de apoyo fue incesante y el Verde lo sintió, no bajó el ritmo, aunque con el marcador abajo fue evidente que al onceno que dispuso Osorio le faltó chispa.

Tras el bombardeo verdolaga al área rival durante todo el primer tiempo, fue Sebastián Viera quien salió airoso con tres atajadas brillantes.

Plegarias atendidas

Buscando exorcisar el infortunio, la hinchada desplegó un tifo en la tribuna, al tiempo que Daniel Muñoz, recién ingresado, oraba arrodillado para ser el revulsivo que necesitaba el equipo.

Nada de eso valió. Cuatro minutos después del arranque del segundo tiempo, Víctor Cantillo enmudeció al Atanasio con un golazo con José Fernando Cuadrado como testigo de petrificado.

Las plegarias de Muñoz y toda la afición verde empezaron a ser escuchadas a los 58 minutos. El polifuncional antioqueño puso el descuento y marcó el ocaso de la supremacía juniorista.

Los dirigidos por Julio Comesaña fueron arrinconados paulatinamente sobre el arco de Viera.

Llegaron los palos, los gritos de gol ahogados, las llegadas reiterada, las zambullidas al césped en busca del balón. Todo ese esfuerzo se tradujo en el empate a los 80’ gracias a Vladimir Hernández que justamente volvía tras recuperarse de una lesión que lo tuvo fuera desde el pasado 3 de octubre.

Y aunque el partido terminó reducido a un equipo voraz en busca del triunfo y otro que esperó replegado el pitazo final, el resultado fue empate 2-2 y deja al cuadro antioqueño en una situación delicada.

La reacción y convicción que tuvieron los dirigidos por Osorio para hallar con argumentos el empate, así como la unión que mostraron nuevamente el equipo y la hinchada, son los alicientes que le quedan a Nacional para viajar a Barranquilla en busca del esquivo triunfo y seguir soñando con la final.

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