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“¡Ay! pero si es un niño el que está ahí de juez de línea”. Expresiones como estas son las más comunes que se escuchan en la tribuna al ver a Marlon David Castillo Giraldo, un chico de 13 años que da sus primeros pasos en el arbitraje del Festival Ponyfútbol.
De hecho, tiene los mismos años que varios de los jugadores de este certamen e, incluso, algunos son más altos. Pero eso no es impedimento para que pueda cumplir lo que se planteó como su sueño: llegar al arbitraje profesional.
No sabe cómo llegó ese encanto por el pito, pero sí reconoce que es un imán poderoso. En el colegio Pascual Bravo era el que impartía justicia en los juegos y, de ahí, fue escogido por Róbinson Monsalve, uno de los directivos de la Corporación Social, Arbitral y Deportiva...
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