Nada más placentero que llenar un álbum. ¿A quién, en el pasado, no le tocó hacerse a un frasco de goma -o a un tarrito de colbón- para pegar los caramelos, como se les denominaba antes a las laminitas de los álbumes?
El final de la jornada en el colegio o el trabajo se esperaba con ansiedad para ir a los sitios de venta a comprar los sobres o intercambiar láminas.
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“Los álbumes de fútbol, en este caso, han sido muy populares toda la vida. Yo los colecciono desde 1978. No se me olvida que era seguidor de Argentina y el Mundial se hizo en ese país. Entonces era una locura conseguir las láminas. Había unas figuras muy duras, por ejemplo la de Fillol. No se me olvida. Pero lo mejor era cuando se llenaba”, dice Jaime Arango, quien recuerda que también le dio satisfacción llenar el álbum del Mundial de 1990, la primera vez que salía Colombia.
“Fue muy ameno llenarlo porque era la primera vez que esto sucedía y uno no veía la hora de llenar las páginas donde estaban los jugadores. Además, porque fue la época de grandes figuras como René Higuita, Carlos Valderrama, Bernardo Redín, Andrés Escobar, entre otros”, apunta.
“Yo bajaba a Junín a comprar las láminas; no me gustaba gastar plata y tener muchas repetidas; prefería adquirirlas a los revendedores”, explica, por su lado, Marcos Sepúlveda, otro coleccionista.
Pues bien, para todos los amantes del fútbol, EL COLOMBIANO y Panini les trae, este año, el álbum de la Copa América Centenario, este sábado con las grandes figuras de las 16 selecciones que estarán en competencia en Estados Unidos desde el 3 de junio venidero. “Es una costumbre que no pasa de moda y que le permite a uno documentarse, porque trae los datos más importantes de los jugadores”, coinciden Arango y Sepúlveda.
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