Cuando se aproxima un nuevo encuentro entre Medellín y Cali a pocos hinchas poderosos se les escapa la evocación de aquel 30 de junio de 2004, cuando el cuadro rojo no solo logró una épica clasificación a la final de la Liga gracias al agónico marcador 3-3, sino que nació una rivalidad de primer orden en el fútbol colombiano.
Este solo dato da cuenta de la intensidad y calidad de los entrenamientos entre rojos y azucareros: en los últimos 10 partidos entre ambos por Liga se marcaron 35 goles, un promedio de 3,5 anotaciones por encuentro, superior a cualquier otro duelo en el fútbol colombiano en la misma cantidad de encuentros.
Solo por torneos cortos Medellín y Cali han dirimido 52 partidos, con 24 triunfos de los antioqueños, 16 de los vallecaucanos y once empates.
Y aunque este derbi ha sido habitual en instancias decisivas y con ambos elencos en un nivel alto, el del domingo ofrece una realidad diferente pues el DIM, colero del torneo, recibe al Cali con un invicto de cuatro partidos y dos triunfos consecutivos en partidos, aunque aún con muchos aspectos por mejorar en su confección de juego.