El Medellín, fiel a su historia, consiguió con dramatismo su clasificación a la fase de grupos de la Copa Libertadores, luego de superar anoche en la definición desde el punto penalti por 4-2 a Atlético Tucumán en el estadio Monumental José Fierro.
Al caer por 1-0 en los 90 minutos tras un pobre primer tiempo, el equipo rojo revivió en el segundo período y obligó a que el boleto se definiera con tiros desde los 12 pasos, en los que sacó a relucir la efectividad que le faltó durante el encuentro.
Ahora, con tres millones de dólares en el bolsillo, que le entrega la Conmebol por este paso, se enfrentará a Libertad de Paraguay (martes), Boca Juniors de Argentina y Caracas de Venezuela.
La angustia terminó en los botines de Adrián Arregui, quien convirtió el último penalti, siguiendo los pasos de Andrés Ricaurte, Andrés Cadavid y Leonardo Castro, para lograr el milagro del que muchos dudaban.
“Sabíamos que esto podía pasar, en una cancha difícil, pero mostramos hombría, coraje y valentía. Que lo disfrute toda la gente de Medellín”, dijo tras el duelo Arregui.
Aunque en la rueda de prensa el técnico Aldo Bobadilla elogió el trabajo grupal, hay que destacar al arquero Andrés Mosquera Marmolejo por su labor durante el juego y al detener el segundo cobro de los argentinos (ver síntesis).
Igualmente, la credibilidad que siempre mostró Bobadilla, quien viajó en medio de críticas por echar mano de juveniles para el duelo que perdieron con Nacional (3-1).
Como había dicho, vendrán más clásicos y este sábado tendrá su primera revancha en el Atanasio.