Un grupo de más de 250 personas con vuvuzelas, pitos, gorros y camisetas de la Selección Colombia estaban en las afueras del edificio de Formas Íntimas en el sector de Guayabal.
Eran las 8:00 a.m. y había familias enteras, niños y muchas jóvenes que, debido al boom que ha tenido el fútbol femenino en el país en los últimos días, se reunieron para ver de cerca a dos de las jugadoras que consiguieron llegar a la final del Mundial que se jugó en India.
Los aficionados se veían alegres y expectantes mientras, bajo el intenso sol de la mañana, esperaban la llegada del bus en el que Yésica Muñoz, Mary José Álvarez y el cuerpo técnico de la Selección Colombia Femenina sub-17, encabezado por el entrenador antioqueño Carlos Paniagua, bajaba desde el aeropuerto José María Córdova.
En el interior del edificio, en un salón grande ubicado en el segundo piso, un grupo de periodistas preparaban micrófonos, grabadoras y cámaras para el momento en el que las jugadoras arribaran.
“Está demorada la bajada porque se retrasó el vuelo. Tardan cerca de media hora en llegar”, dijo Vanesa, una de las encargadas de la logística.
Los reporteros también estaban ansiosos, al igual que el grupo de jugadoras de las divisiones menores de Formas Íntimas que viven en la casa hogar que tiene el equipo en el barrio Boston. “Estamos contentas y con ganas de verlas”, dijo una de ellas.
Mary José Álvarez y Yésica Muñoz también vivieron en las casa hogar del club, por lo que tienen una cercana relación de amistad con las jugadoras en formación.
Sobre las 9:45 a.m. se hizo una fila india a los lados de la puerta. Tenían banderas tricolores y empezaron a gritar: “¡Colombia, Colombia!”. Era el anuncio de que las mundialistas habían llegado.
La calma en el salón se disipó. Todos empezaron a correr para ubicarse en la mejor posición y capturar con sus celulares la entrada de las futbolistas y el cuerpo técnico. “Debería grabar uno solo y enviar el video por WhatsApp a todos”, dijo uno, entre risas.
Mientras tanto, afuera del edificio los aficionados veían, después de casi dos horas de espera, a las jugadoras y miembros del cuerpo técnico. La primera en bajarse fue la preparadora física Viviana Cardona. La siguió Michael Flórez, el asistente técnico de Paniagua. Luego, las futbolistas Mary José Álvarez y Yésica Muñoz. El último fue Fututo. Pasaron como pudieron por medio del gentío que los vio poco tiempo.
Subieron al segundo piso y se encontraron con sus compañeras y familiares. “Cuando nosotras estábamos en la India no dimensionábamos lo que estábamos generando en el país”, dijo Álvarez. “Muchas gracias a todos”, agregó Muñoz.
En la mesa estaba el cuerpo técnico, junto a Marco Roldán, el propietario de Formas Íntimas. Hablaron y celebraron. Las jugadoras y el cuerpo técnico sintieron vivir un sueño en la ciudad en la que empezaron en el fútbol. Así fue el recibimiento que les hicieron a las subcampeonas del mundo. Ellas recibieron un poco de la alegría que una semana atrás le dieron al país