El fútbol africano volvió a escribir una página dorada en su historia. Marruecos, una selección que en los últimos años ha mostrado un crecimiento sostenido en todas sus categorías, logró lo impensado: coronarse campeón del Mundial Sub-20 tras vencer 2-0 a la poderosa Argentina.
Apenas al minuto 11, el delantero Yassir Zabiri abrió el marcador. La sorpresa se extendió por las gradas, pero no por los marroquíes, que mantuvieron su orden táctico y su intensidad. Argentina, fiel a su estilo, trató de dominar el balón, generar juego desde el medio y desgastar al rival, pero Marruecos fue un muro infranqueable.
El golpe definitivo llegó al minuto 28. Otra vez Zabiri, con una mezcla de potencia y precisión, selló el 2-0 que terminó siendo definitivo.
Durante el segundo tiempo, Argentina intentó por todos los medios recortar la distancia. Tuvo la posesión, acumuló remates y forzó errores, pero nunca encontró el camino para vulnerar la portería rival. .
El pitazo final desató la euforia. Los jugadores marroquíes se fundieron en abrazos, conscientes de que habían hecho historia no solo para su país, sino para todo un continente. Marruecos se convirtió en la segunda selección africana en ganar un Mundial Sub-20, después de Ghana en 2009.
Este título es el reflejo de un proceso que viene consolidándose desde hace años. Marruecos ya había impresionado en el Mundial de Qatar 2022 con su selección absoluta al llegar a semifinales; ahora, sus juveniles confirman que aquello no fue un hecho aislado, sino el inicio de una era.
Para Argentina, la derrota duele. Mostró talento y corazón, pero careció de la contundencia. El contraste con la eficacia marroquí fue notorio: el dominio no siempre garantiza el triunfo. Marruecos celebra y el mundo del fútbol reconoce que un nuevo actor ha llegado para quedarse en la élite.