Hace algunos años, en su casa del barrio Talanga 3 de Cali, Jean Carlos Ruiz no se imaginaba que podía hacer parte de una Selección Colombia de algún deporte.
Mucho menos de fútbol playa porque, consagrado al fútbol sala y al estudio, no conocía nada de este deporte.
Jean, hijo de una guardia de seguridad y un trabajador hotelero, fue acercado por un profesor a la arena y vivió un proceso de enamoramiento a primera vista. “Acá llevo dos meses y he visto que es mucha acrobacia, mucho lujo, y eso es lo que más me ha gustado”, declara este joven de 18 años, que está cerca a graduarse del colegio.
Solo necesitó ese tiempo para demostrar que tiene las condiciones necesarias para integrar el combinado nacional sub-20, que se concentra en Medellín hasta el 28 de noviembre y que se prepara para el Suramericano de la categoría, a cumplirse en Montevideo (Uruguay) entre el 3 y 10 de diciembre.
Esta oportunidad, dice, le permite soñar con seguir siendo más grande y llegar a un club de fútbol playa en Europa, algo impensado para él. “Me defino como un alero veloz, calidoso y que le gusta hacer la media chilena”.
No obstante, contempla otra vida más allá de esto y piensa en hacer carrera como profesional en Deporte. Eso sí, nunca alejado de la actividad física porque es la pasión que lo llevará más lejos en la vida.
Otra oportunidad que está recibiendo este caleño, que creció en la costa Atlántica y es hincha del Junior, es la de conocer, por primera vez, Medellín. Y de saber lo que es una convocatoria, en la que debe aprender todos las normas de disciplina para conseguir y, así, seguir siendo llamado a vestir la Tricolor.
Entre ellas, enfrentarse a un horario de levantada, a uno de dormida, a entrenamientos a doble turno en gimnasio y cancha, a comidas sanas y horas de charlas técnicas.
“Todo eso es nuevo para mí, pero cuando uno siente amor por algo, esas cosas pasan a un segundo plano”, finaliza el acróbata Jean Carlos .