Martín Orozco es tímido, piensa un buen rato cada respuesta. Pero en el tatami es efectivo y ayer lo fue mucho más al vencer a su compañero Juan Valencia.
Ese triunfo le sirvió para convertirse en el primer campeón de la categoría de -44 kilogramos del Festival de Festivales del judo, deporte que hace su debut en el certamen.
Orozco cuenta que para venir a Medellín rifó un pollo y recogió parte del dinero para el traslado de él y de algunos de los compañeros que hacen parte del club Hane Goshi en Manizales.
“Yo quería venir a este torneo porque me hablaron muy bien de él, me decían que participaban muchos niños. Además, deseaba conocer Medellín, que es una ciudad muy bonita”, dice el actual campeón nacional de la categoría, logro que obtuvo el año pasado en Valledupar. También fue séptimo en el Panamericano que se cumplió en Perú.
Como muchos deportistas, llegó a un deporte que al principio no lo animaba mucho, pero su tío Carlos Augusto Peláez lo motivó a que lo practicara y le cogiera cariño.
“A mí me gustaba el fútbol, era volante, pero me fue cogiendo aburrición porque muchas veces no jugaba, entonces mi tío me dijo que por qué no hacía judo y una vez fui con él a un entrenamiento y me gustó. Lo practico desde los siete años”, manifiesta Martín, quien adelantará el séptimo grado en el colegio Redentoristas.
Como sus metas son altas quiere ser selección Colombia de judo para representar al país. Tiene un programa de entrenamiento que lo cumple diariamente sin fallar.
“Lunes, miércoles y viernes le dedico tres horas, jueves y viernes, dos. El resto del día estoy estudiando y cuando me queda tiempo escucho música y juego play. Yo le dedicó todo este tiempo porque quiero ir a mundiales y estar en Juegos Olímpicos”, dice el chico de 12 años de edad.
Reconoce que el combate ante su compañero Valencia, quien también es de Manizales, fue duro, pero logró ganarlo gracias a las técnicas de brazo y cadera que utilizó.
“Mi mayor virtud es la velocidad en los movimientos, pero en judo es muy importante saber manejar las diferentes técnicas de brazo, cadera y pie. A mí me gusta mucho el harai-goshi, que es un barrido de cadera. Pero en general siempre intento hacer todos los movimientos que se puedan durante el combate”.
Lo que más le disgusta son las dietas que debe cumplir y una de las más dolorosas es dejar los dulces.
“Sabemos que un deportista tiene que ser muy sano fuera del entrenamiento para salir adelante, debe ser muy juicioso con las dietas. Por ejemplo me hace mucho daño comer dulces, me gustan pero debo evitarlos para bajar de peso. De resto como lo que me dicen los entrenadores, especialmente las ensaladas”.
Su meta inmediata es ser como el antioqueño Juan Pablo Hernández, campeón panamericano y tercero en el ranquin mundial de la categoría júnior.
“Me parece que es un competidor muy bueno y quiero ser como él” .