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La experiencia más enriquecedora que Santiago Andrés Ruiz haya vivido hasta ahora, por cuenta del voleibol, fue viajar 9.150 kilómetros hasta Túnez para disputar el Mundial sub-19 el año pasado.
En ese torneo tuvo la oportunidad de medirse con selecciones como República Checa, Bulgaria, Italia e Irán –vigente campeón del evento–, potencias en este deporte, y aunque a Colombia pudo irle mejor, la cosecha fue la ganancia para este punta receptor que, este año, vuelve a encaminarse al objetivo de regresar a la cita mundialista a hacer una mejor actuación.
“En Túnez tuvimos una presentación buena, quizá no la mejor porque el equipo se rotó bastante, nos cambiaron mucho con el fin de experimentar algunas estrategias; además éramos un equipo muy joven que, según los entrenadores, se llevó con la intención de evaluar cómo estaba el país frente a otros procesos y prepararlo para torneos en el futuro”, cuenta Santiago, de 17 años.
Para que ese aprendizaje funcione en 2021, cuando se realizará el próximo Mundial de la categoría –con sede por definir– la Federación Colombiana de Voleibol renovó su estrategia, en la que el bagaje del antioqueño cobra gran importancia.
En los ciclos de preparación que realiza la Selección Colombia con 30 jugadores, Santiago ha aportado sus conocimientos para elevar el nivel del equipo de cara a los próximos desafíos.
Durante la última concentración que se llevó a cabo en el municipio de La Estrella, Santiago, elegido en el 2019 como el MVP (jugador más valioso) del Nacional Interligas, compartió lo aprendido en Túnez y lo puso al servicio de sus compañeros.
“Ha sido muy lindo porque siento que se han interesado en lo que aprendí y que puede servir para nuestra preparación. Es grato saber que puedo aportar a la formación de los demás”, dice este jugador del equipo del Politécnico Jaime Isaza Cadavid, en el que lo dirige su papá, Benur Ruiz, quien lo encaminó en el voleibol desde los 9 años.
El aporte del juvenil, ligado a los direccionamientos del entrenador Diego Darío Herrera, han permitido que en su posición mejoren fundamentos técnicos como la recepción y el cambio del golpe contra la carrera, además de entrenamientos basados en estadísticas de rendimiento de cada deportista.
“Estas concentraciones han sido de las más significativas porque además de las técnicas de nivel olímpico que nos han enseñado, hay muchos jugadores de diferente ciudades y eso permite que uno se nutra de muchos estilos y que se diversifiquen los conocimientos”, expresa Santiago, estudiante de tercer semestre de Ingeniería Civil en el Poli.
Con todo este proceso, el sueño de este paisa y la Selección es ganar el Sudamericano de la categoría en Colombia (sede por definir) del 13 al 20 de julio, para clasificar nuevamente al Mundial.
“Ese torneo da tres cupos para el Mundial –apunta Santiago–, hace dos años fuimos terceros por detrás de Argentina y Brasil, esta vez queremos superarlos y nos estamos preparando lo mejor posible para ello”.