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Una amistad que la rivalidad no pudo superar

Luego de enfrentarse, Sara Díaz e Isabella Laverde se unieron para competir en el Festival de Festivales.

  • Sara (derecha) e Isabella esperan superar el cuarto lugar que alcanzaron el año pasado en dobles. FOTO Edwin Bustamante
    Sara (derecha) e Isabella esperan superar el cuarto lugar que alcanzaron el año pasado en dobles. FOTO Edwin Bustamante
  • Aunque son rivales, otros equipos alentaron al equipo de Cundinamarca mientras competían. FOTO Edwin Bustamante
    Aunque son rivales, otros equipos alentaron al equipo de Cundinamarca mientras competían. FOTO Edwin Bustamante
11 de enero de 2020
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Pocas veces se forjan amistades que nacen producto de la rivalidad. Uno de esos casos excepcionales en el deporte les pasó a Sara Díaz Torres e Isabella Laverde Torres, quienes luego de enfrentarse en la mesa, se convirtieron en grandes amigas.

Fue hace dos años cuando, en el zonal clasificatorio al babytenis de mesa en Tenjo, Cundinamarca, ambas coincidieron en la final de la categoría sub-11.

Sara, que para ese tiempo tenía 7 años de edad y representando a su municipio, Sopó, superó en tres sets corridos a Isabella, de 8 años y quien actuaba a Tabio, para quedarse con el título departamental. Su alegría fue enorme, pero fue más grande su gesto de juego limpio al acercarse a su rival para animarla tras su derrota.

“Estábamos jugando y yo le gané. Obviamente perder se siente un poco tristeza, por eso yo me le acerqué y le dije que no se sintiera así, le di un abrazo y así nos hicimos amigas”, cuenta Sara. Desde ese momento, dicen, son inseparables.

Tan fuerte se ha vuelto su amistad que ahora las dos cundinamarquesas hacen equipo en la modalidad de dobles del tenis de mesa y este año, llegan por segunda vez al Festival de Festivales con ganas de buscar el título de su categoría.

Cuando una se refiere a la otra, el cariño es el común denominador en sus palabras, además ambas valoran el trabajo que la otra hace para tener un buen desempeño en competencia.

“Jugar juntas es muy divertido porque las dos nos entendemos, hablamos mucho de lo que vamos a hacer y si te equivocas no hay problema porque solo es un juego y todos podemos equivocarnos”, dice Isabella.

Son precisamente las derrotas –que aseguran han sido pocas– las que las hacen más unidas, pues ahí es cuando se demuestran más apoyo y afecto. “Nos consolamos si lloramos o nos damos chocolatinas para sentirnos mejor”, comenta Sara.

Además de hacer pareja, las dos compiten en los cuadros individuales y por equipos; sin embargo, ambas coinciden en que se sienten mejor haciendo equipo.

“Es mejor acompañadas. Yo soy 50% y ella es el 51% mejor que yo porque lleva un poquito más de tiempo practicando entonces nos complementamos”, afirma Sara.

No entrenan mucho tiempo juntas, cuentan, pues viven a casi una hora de distancia, pero cuando se ven aprovechan el tiempo para perfeccionar sus movimientos. Eso sí, tienen contacto permanente por teléfono para saber cómo está la otra.

Betty Torres, mamá de Sara, resalta la importancia de la práctica del deporte para formar mejores personas.

“El deporte es la base de todas las buenas relaciones humanas y para la muestra un botón estas niñas que se comunican y se conocen muy bien a pesar de no tenerse cerca. De Sopó a Tabio siempre hay una gran distancia pero cuando se encuentran a entrenar hay una gran hermandad”, afirma la mamá, que siempre acompaña a las dos menores de edad en sus competencias.

También son talentosas en otros deportes

Además de tener un futuro prometedor en el tenis de mesa, Sara e Isabella también muestran habilidades en otras disciplinas.

Sara, por ejemplo, comenzó a practicar bicicrós hace nueve meses, luego de que su papá, Germán Díaz, entrenador de dicha disciplina, la motivara a subirse de nuevo a la bicicleta, pues años atrás ya le había perdido el miedo a la pista. En el futuro, dice, también quiere participar en el babybmx del Festival.

Isabella, por su parte, ha incursionado en el patinaje, badminton y natación, pero el tenis de campo, al que llegó hace dos años por insistencia de su papá, Hugo Laverde, la cautivó mucho más.

Quieren seguir jugando tenis de mesa, pero si alguna decide estar en otra disciplina, ya tienen la promesa de que la otra la acompañará en sus competencias para seguir cuidando una amistad que superó la rivalidad .

5
días de competencia tendrá el deporte de la raqueta que empezó ayer y termina el 14.
14
medallas entregará el babytenis de mesa en el Festival de Festivales 2020.
19
delegaciones hacen parte de la décima edición del babytenis de mesa.

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