Hace 60 años un accidente aéreo les arrebató a los mexicanos a Pedro Infante. Pero la muerte no se salió con la suya: ese día se fue el artista y nació el mito.
Hay quienes dicen que no ha muerto. Que Pedro Infante saltó antes de que el avión se estrellara pero recibió tal golpe que perdió la memoria y terminó deambulando por las calles, con el rostro desfigurado. Otros cuentan que, tan enamoradizo como era, tuvo que fingir su muerte para escapar de la venganza de un marido traicionado. Todos son rumores, teorías sin fundamento que hablan del cariño que le tienen los mexicanos, un pueblo que no se resigna a que su ídolo ya no esté.
A nadie han llorado tanto como a Pedro Infante. Aquel Lunes Santo 15 de abril de 1957 la radio anunció que, a sus 39 años y en la cima de su carrera, el llamado ‘Carpinterito de Oro’ o el ‘Ídolo de Guamúchil’ había apagado su voz para siempre. Al otro día, 150.000 personas...
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