Entre el verdor del pasto, el frío de las montañas y un paisaje que permite dibujar el páramo se encuentra Labores, un corregimiento de Belmira, al que se puede llegar desde otros tres municipios del norte antioqueño. En las mañanas sus temperaturas se acercan a los cero grados y en las tardes el calor puede ser tan infernal como para que sus habitantes le huyan. Ese es el escenario donde se levanta Labores Lácteas, una empresa dedicada a la producción de quesos hilados y que rinde homenaje a un territorio que para sus habitantes es el corazón de la ruta lechera en Antioquia.
“Mi esposa, Kelly, y yo somos zootecnistas. Ella es de Medellín y yo de Don Matías. Hace ocho años llegamos a Labores por temas de trabajo y nos enamoramos de la zona. Trabajamos con ganadería, yo me salí por un tiempo y estuve experimentando con cosas similares hasta que se presentó la oportunidad de hacer realidad nuestro sueño de montar una quesera. Hablé con quienes son mis socios actuales, y me dijeron vamos a montar el proyecto”, cuenta David Lopera, sociofundador de Labores Lácteas.
Comenzaron transformando 40 litros de leche. Al inicio fue ensayo y error. Debían buscar el perol indicado, la temperatura ideal y otros detalles para dar con su receta. Sus días se iban en el proceso de cuajado, desuerado e hilado, dando muestra a sus familiares y conocidos. Luego fueron dándole su sello y hoy cuentan con quesos hilados de finas hierbas, pimienta, tomate seco, jalapeño y arándanos.