Delio Domicó, gobernador del resguardo Jaidukamá, recordó que hace 20 años una mujer en embarazo y su bebé murieron antes de llegar a la cabecera de Ituango.
Ella estaba enferma y las nueve horas de camino desde el resguardo de los emberas katíos hasta el corregimiento La Granja, y de ahí dos horas en carro hasta el parque de Ituango, pudieron más que la voluntad de los otros indígenas por salvarlos.
Por eso ayer, luego de recibir las cinco mulas que priorizaron en el presupuesto participativo del Plan Integral de Hidroituango, a Delio se le veía tranquilo. En La Granja, sentado junto a John Ángel y Dora Lina –también Domicó, pero no hermanos–, dijo que las usarían, sobre todo, para transportar mercado hasta el restaurante escolar y la guardería, sillas para la escuela y claro, a los enfermos, para que no les vuelva a pasar lo de hace 20 años.
Pueblo herido por la violencia
Las heridas que le ha dejado el conflicto a La Granja son como los letreros alusivos a las Farc que aún se ven en las paredes de varias casas: imborrables.
Entonces ayer, día tan especial para los campesinos, lo fue más allí. El rojo, el morado, el amarillo y el verde que sobresalen en los atuendos de los indígenas le pusieron colorido al caserío donde, bajo el cielo gris, se mezclaron el silencio, la timidez y la alegría de la población.
La banda marcial del colegio Jesús María Valle Jaramillo los recibió. Raúl Gallo, delegado del alcalde de Ituango, Jaime Montoya, señaló que La Granja estaba abandonada por el Estado, pero con Hidroituango se ven noticias positivas, como la entrega de las cinco mulas que costaron 22 millones de pesos. En las votaciones del presupuesto participativo la iniciativa tuvo 95 votos: 11 indígenas y 84 de otros habitantes del municipio del norte antioqueño.
No es regalo, sino su derecho
Maryori Montoya, funcionaria de Epm en la Dirección Ambiental de Hidroituango, dijo que las mulas mejorarán la calidad de vida de los Jaidukamá. Entretanto, Adriana Sampedro, secretaria de Participación Ciudadana de Antioquia, resaltó que este no es un regalo, sino el ejercicio de un derecho de la sociedad civil. Para el caso, decidir en qué invierten los dineros públicos.
Ellos recibieron las mulas y las bautizaron. Virgilio Majoré cogió a Jaidukamá; Julián Domicó, a Serayabarí, que significa dueño de la luz Epm; Éiler y Enith Domicó, a Zarra (Gobernación); John Ángel Domicó, a Egoroyibarí (Madre Tierra), y Delio Domicó, a Jaibaná (médico tradicional).
Los indígenas llegaron a La Granja el sábado y pensaban regresar hoy, madrugados, a Jaidukamá. John Ángel y Dora Lina dijeron que en las nuevas compañeras llevarán el mercado
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