Tres décadas sin triunfos, algunos pocos podios y el desinterés de los grandes equipos. La tradición de San Silvestre de Sao Paulo parece morir en un año de flojos resultados.
La tradicional carrera brasileña, con la que los periódicos abrían con fotos y los noticieros buscaban, a toda costa, las imágenes exclusivas, parece acabar su interés en Colombia. El pasado 31 de diciembre se corrió de nuevo por las calles de Sao Paulo, pero solo dos colombianos saltaron entre sus lotes.
Germán Naranjo, único antioqueño, y Fabián Hinestroza, juvenil vallecaucano, llegaron lejos del podio que de nuevo dominaron los africanos. Naranjo, quien acusó problemas en la inscripción y tener que salir en un grupo que no era de atletas de élite, llegó en la casilla 31. "Según me contó salió muy retrasado, y el recorrido lo cambiaron un poco. Pero sintió lo difícil que es la carrera, no es nada fácil", explicó su hermano William, también atleta que ya corrió en cuatro oportunidades en Brasil.
El triunfo final fue para el etíope Tariku Bekele, hermano menor del plusmarquista mundial Kenenisa, quien venció en la prueba masculina de la carrera, en tanto que la keniata Priscah Jeptoo se impuso en la femenina con un nuevo récord.
Hoy, los equipos prefirieron carreras locales. Porvenir, quien había mandado hasta cuatro corredores en el último lustro, optó por la casa y envió para ganar a Juan Carlos Cardona en Barranquilla, y a Jason Gutiérrez en Líbano, Tolima.
Precisamente, William, el hermano de Germán, era uno de los que siempre iba a Sao Paulo. Esta vez, Naranjo tomó el fin de semana libre, aunque no de vagancia. "Ya me estoy preparando para las maratones de este año, que son la última oportunidad para llegar a Juegos Olímpicos", sostiene William, quien tiene entre ceja y ceja una de estas dos carreras de 42 kilómetros: Boston y Rotterdam. Ya Sao Paulo no trasnocha el 31.
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