Jorge Raigoza Pulgarín, quien vive hace 20 años en Nueva Jersey y forma los nuevos talentos del fútbol norteamericano en la academia Cosechando Futuro, está convencido de que el centenario le cambiará para bien la vida al Independiente Medellín.
El expuntero izquierdo de los años ochenta, que compartió divisiones menores con Mario Amador, Marco Velásquez y Javier Arango, evoca ese 1983 cuando debutó gracias a Julio Comesaña y anhela que la continuidad del técnico Óscar Pérez sea sinónimo de recuperación en la Liga Postobón-II.
Ahora en su profesión de formador, recuerda que en el DIM compartió con Leonel Álvarez, quien "nos decía que cambiáramos los pases de cortesía por carne, porque en nuestras casas sólo había arroz con huevo y mazamorra con bocadillo".
Tampoco olvida a Libardo Vélez, Pedro Juan Ibargüen, Eduardo Malásquez y menos a su padre Jorge Alirio, ya que un día "nos dijo en Aranjuez que no quería ingenieros ni doctores en la familia, sino futbolistas que defendieran la camiseta sagrada del Medellín y gracias a Dios le hice realidad su sueño".
Jorge Raigoza (campeón con Millos en 1987 y 1988) es un convencido de que el DIM saldrá adelante de la mano de Leandro Castellanos, Giovanni Hernández y Germán Cano.
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