Camilo Álvarez Correa, de Segovia, tiene la idea de crear una corporación en que las mujeres recuperen el autoestima, se vean bellas y eviten embarazos a temprana edad.
Dayana Chaverra Saldarriaga, piensa en montar una empresa de formación para el empleo dirigido a discapacitados en Yolombó.
Mariana Ruiz Medina ya se imagina a su ludoteca rodante viajando a las veredas de Gómez Plata para dictar talleres de lectoescritura a cientos de niños.
Jairo Areiza Echavarría ya da forma a sus primeras lámparas, floreros y alcancías de las guaduas que abundan en su pueblo, Briceño.
Y así se sigue una amplia lista de propuestas futuristas, prospectos de negocios, ideas de empresa o de desarrollo para sus municipios, que compartieron 186 muchachos de entre 15 y 18 años. Cursando noveno, décimo o undécimo grado, llegaron desde 25 municipios del Norte y Nordeste antioqueños para protagonizar el primer campamento subregional de emprendedores que se realiza en el departamento.
Después de varias horas de viaje, incluso de hasta ocho horas y para algunos la primera vez que salían tan lejos de su municipio, estos adolescentes acamparon entre el jueves y viernes pasado en el club social Los Tamarindos, de Comfenalco, en la vía que de Medellín conduce a San Jerónimo.
Esta caja de compensación es el operador principal del programa "Semilleros de Emprendimiento Antioquia", de la Gobernación, con una inversión conjunta para este año de 3.100 millones de pesos.
Desde julio pasado se forma a 10.500 estudiantes de 116 municipios no certificados en educación, para que adquieran habilidades definitivas para un emprendedor como liderazgo, trabajo en equipo, creatividad e innovación, resolución de conflictos, toma de decisiones y finanzas personales.
"De los participantes en los semilleros, 2.783 presentaron ideas de negocio. En cada municipio los mismos muchachos votaron por las mejores ideas, luego pasaron por los filtros del facilitador local y un comité técnico subregional. En este campamento tenemos las mejores 186 propuestas del Norte y Nordeste", explicó Jorge Abad Valencia, coordinador del programa.
Germina la esperanza
Mientras él cuenta los frutos evidentes de esta suerte de reality campestre de emprendimiento, a su alrededor los muchachos revolotearon en la llamada Feria de las Ideas para conocer y exponer las propuestas de todo. Al final, votaron por las que consideraron las 50 mejores iniciativas que participarán en un campamento departamental donde se encontrarán 450 emprendedores, a comienzos de diciembre (ver recuadro).
En un grupo pequeño sobresalía por su altura y voz delgada Camilo Álvarez, con labios delineados y ojos maquillados. Todos le prestaron atención cuando expuso la idea de la que quiere vivir en los próximos años: "voy a montar una corporación para ayudar a que se sientan y vean bellas las mujeres, que sepan alimentarse si tienen obesidad, que aprendan a planificar…".
—¿Y cómo financiarás tu idea?
—La corporación tendrá una Casa de Reinas, para dictar cursos de pasarela, peluquería y maquillaje—, respondió con seguridad Camilo, un convencido de que las mujeres de Segovia tomarán mejores decisiones para su vida si tienen mejor autoestima.
Después de ver los stands hechos de carteles con dibujos y algunas muestras de una fábrica de licores de chocolate, un modelo de cama inteligente, un orfelinato de mascotas, se encuentra el cartel colorido con que Dayana Chaverra promociona su centro de formación para que discapacitados de Yolombó puedan conseguir un empleo formal.
Con entusiasmo y la ecuanimidad de toda una empresaria, contó que en su municipio muchas personas tienen alguna limitación física, "pero que no puede ser mental, por eso quiero ayudar a quitarles el miedo, que crean en ellos mismos y aprendan un oficio del que puedan vivir", agregó.
Y como le preocupa más el bienestar de las personas que conseguir plata, esta emprendedora social espera que en su propósito la acompañe la Alcaldía, una cooperativa local le ayude a financiarse y buscar asesoría con entidades que sepan más de discapacidad.
Al frente de su puesto, está Santiago Preciado, quien viajó desde Yarumal, tiene 16 años, y una locuacidad que convence fácilmente a quien le oye explicar su propuesta de avión impulsado por agua. Para él no solo es factible, sino que lo demuestra con una maqueta que elaboró para enseñar cómo su idea de negocio futurista se aplica a pequeña escala y "hará que los aviones contaminen menos y sea más barato viajar para todo el mundo".
De ahí que en este campamento la palabra imposible no existió. También quedó claro que el emprendimiento es distinto a la neta idea de crear una empresa y se apreció el notable interés de los muchachos de los pueblos de Antioquia por transformar su realidad, por tener soluciones a problemas de sus comunidades.
Ese es el caso de Mariana Ruiz, y Jairo Areiza, ambos de 17 años. Ella quiere reforzar el aprendizaje de los niños de escuelas rurales de Gómez Plata que apenas empiezan a leer y escribir. Él quiere generar una fuente de empleo que canalice el talento para transformar la guadua en elementos decorativos.
"En el campo muchos niños no tienen cómo practicar lo aprendido en la escuela porque son criados por sus abuelos, muchos apenas si saben firmar", relató Dayana. "Cuando propuse la idea de comercializar productos de guadua, espiga de caña y pino, varias personas de mi comunidad estuvieron dispuestas a participar", añadió Jairo.
Y como muchos de los emprendedores que acamparon hasta el viernes en Los Tamarindos, ellos dos tienen claro que sus ideas no solo son semillas de ideas, sino que germinarán en su futuro profesional. Mariana quiere ser profesora, Jairo se ve como ingeniero forestal, Santiago buscará estudiar aviación, Dayana sueña ser terapeuta y Camilo "el mejor diseñador de modas de Segovia".
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