Una ley más dura que la que se aprobó recientemente en Arizona, y cuya entrada en vigencia está aplazada por orden de una Corte, acaba de ser promulgada en Alabama, donde además de criminalizarse la inmigración ilegal, se ordena a los colegios y universidades revisar el estatus migratorio de sus estudiantes. Es decir, los profesores convertidos en "agentes federales".
Esta nueva iniciativa contra los inmigrantes, que no será la última dentro de la ola de sanciones contra los indocumentados que se viene abriendo paso en Estados Unidos, ha generado el rechazo del propio Presidente Barack Obama, y de su homólogo de México, Felipe Calderón.
Organismos defensores de derechos humanos ya instauraron las primeras demandas ante una corte, por considerar dicha legislación como inconstitucional", "racista" y "mal intencionada".
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